Parecía una romería. “Una boda”, dijo, alegre, el director deportivo celeste, Marco Garcés. Tal fue el ambiente, festivo y familiar, en el que se puso de largo ayer el área femenina del Celta. Un millar de personas para dar la bienvenida a un proyecto deseado que ya tiene nombre: As Celtas. Porque tal será la denominación de los cuatro equipos femeninos creados a partir del acuerdo con el Mos -el sénior en Tercera Federación, el filial en Segunda Autonómica, probablemente, el cadete y el infantil- para quedar netamente diferenciados de la vertiente masculina del club.
Tal fue la gran noticia del acto. Así como el anuncio de que las instalaciones de A Madroa pasarán este verano por una reforma para adecuarlas a los equipos femeninos. De entrada, ampliar y mejorar los antiguos vestuarios, aquellos que empleaba el primer equipo masculino hace dos décadas en el campo de hierba natural de abajo. Y, a la vez, pasar este terreno de juego a hierba artificial, el que se estila en Tercera Federación, e iluminarlo. Eso sí, los partidos se jugarán en el campo superior para contar con la grada.
En lo orgánico, esta nueva área femenina se integrará dentro de la dirección deportiva, con Marco Garcés al frente, aunque contando con personas en exclusiva. Se compartirá toda la gestión de datos y de scouting y la metodología para que desde el comienzo, pese a que la categoría sea la cuarta a nivel estatal, se trabaje profesionalizando todos los procesos. Y con el mismo estilo de juego que la parte masculina.
Fue un día para la historia al que no faltaron todos los equipos de base, así como el filial y el primer equipo. Todos sobre el mismo césped que el medio millar largo de abonados que quisieron estar presentes en una tarde soleada. As Celtas ya es un proyecto en marcha. Como la propia presidenta, Marián Mouriño, dijo, el Celta femenino llega tarde pero llega bien.
Marián Mouriño: "Un proyecto cuidado y diferente"
Sonríente. Incluso más de lo habitual. Y “emocionadísima”. Así estaba la presidenta del Celta, Marián Mouriño. “Tengo que poner los cimientos de los próximos 100 años y qué mejor que completar nuestra familia celeste con As Celtas”, dijo. Y explicó que el Mos “nos convenció porque llevan años trabajando y tienen cantera, que para nosotros era importantísimo para empezar no sólo con un primer equipo”.
También añadió las vigas maestras: “Teníamos la deuda de llegar tarde y queríamos llegar bien. Que fuese un proyecto cuidado y diferente. No me gustaba el apellido femenino o féminas que tienen otros. La mujer gallega tiene muchísima personalidad para tener su propio nombre”.
