Desde que Atlántico destapó la venta del Bosque Encantado de Aldán a dos particulares, la parroquia de Aldán vive una tensa revolución. En el seno de las asociaciones vecinales se debate y se vota la postura a tomar sobre este asunto. Si el Concello de Cangas debía de haber luchado por la compra de esta parcela de valor patrimonial para que pasara a ser un bien público y no volviese a caer en manos privadas. Aseguran que existe unión entre ellas, pero no todas lo afrontan de la misma forma, aunque prevalece la indignación, según pudo constatar este diario.
La Asociación de Vecinos de Herbello-A Magdalena es clara y considera “una pena” que el consistorio no haya comprado este terreno “sabiendo que iba a ir a subasta”. “Creemos que lo han dejado ir”, manifiesta su presidenta, Ana María Gutiérrez, quien traslada que ahora la esperanza de que “quienes lo tienen, lo mantengan arreglado porque dado el estado de abandono de todo el pueblo, de estar en manos del Concello tampoco estaría mucho mejor”. Reconoce que teme que el Bosque Encantado pueda acabar cerrado al público, lo que supondría un problema para todos los vecinos que utilizan esta parcela como una vía de paso. En este sentido, la entidad Herbello-Aldán estaría a favor de que la situación actual y su futuro pueda llegar al pleno para buscar una solución que beneficie a Cangas, aunque reconoce que no todos comparten esta idea.
De la misma opinión es la presidenta de la Asociación de Vecinos de Gandón, Vanesa Novas, que considera que “el Concello debió de estar pendiente de la subasta para comprarlo por su valor cultural, patrimonial y turístico". Además, insta al gobierno local a “pedir una reunión con los compradores para saber cuál es su intención” para el Bosque Encantado.
Por su parte, el representante de la Asociación de Vecinos de Piñeiro, Carlos Docampo, considera que “se está tratando de utilizar a los vecinos” en este asunto y ve en el tema “una pelea entre políticos”. “Hay un vial municipal que pasa lo atraviesa y que se hizo para beneficiar a Domusvi y vienen ahora a echarle la culpa al gobierno actual. No lo veo muy lógico. Si en aquella ocasión, cuando Promalar, no se quiso contar con las asociaciones ahora le pedimos que nos dejen al margen”, reclama. Aunque reconoce que “ alomejor el gobierno municipal tenga parte de responsabilidad a la hora de no haber hecho algo para evitar la venta” no está de acuerdo en que “se le lancen al cuello”. “Por qué no lo hizo la Xunta o la Diputación”, se pregunta.
Las asociaciones de Menduiña y de Espiñeira completan las cinco entidades vecinales de la parroquia, pero estas se han negado a dar su opinión sobre la venta, al contrario de las demás.
