Ocho pistas sobre el pabellón Álvaro Pino y una actividad frenética de partidos, casi tan rápida como la velocidad que adquiere la pluma cada vez que es golpeada con virulencia por alguno de los 78 jugadores que acudieron ayer al torneo +Deporte Atlántico de Ponteareas.
Eso sí, para ganar los encuentros no es solo cuestión de golpear con dureza el volante, también hay que saber dirigirlo o tocarlo con suavidad para dejarlo cerca de la red y obligar a un notable esfuerzo de movimiento al contrario. Es la dualidad del explosivo deporte del bádminton que conquista a jugadores y espectadores por la combinación de velocidad y destreza, que no siempre es fácil de manejar, adquirir y entender.
Ayer, en el torneo organizado por el Bádminton Cíes, Escola Rosalía, Ponteareas y Caselas, el dominio correspondió a los jugadores del club anfitrión y del colindante del Salceda, que dominaron la mayoría de las categorías. Solo dejaron escapar la categoría cadete masculina, que recaló en Iago Puig, del Coruña-Oleiros. Lo siguieron Yago Salomón (Caselas) y Ruijie Guo (Escola Rosalía).
A partir de ahí llegaron los triunfos del Ponteareas y el Caselas, que se repartieron el palmarés con sus jugadores. Iria Lemos (Ponteareas) ganó en cadete femenino por delante de Rosalía Souto (Coruña-Oleiros) y Leire Lago (Caselas). Alba Fernández (Caselas) dominó en absoluto femenino por delante de Vera Rodríguez (Ponteareas) y Amara Araújo (Caselas). En hombres, la victoria fue para Gabriel Isoma (Ponteareas), con Jorge Álava (Cíes) y Marcos Diez (Rosalía) en el podio. En alevín dominó Eva Lemos (Ponteareas), que estuvo secundada por Irene Barros (Caselas) y Suamira Iglesias (Caselas). Entre los niños, Pablo Fernández (Caselas) subió a lo alto del podio por delante de Wences Lemos (Caselas) y Antón Firvida (Rosalía).
El palmarés se completó con el cuadro más aficionado de todos, el que estaba formado por la categoría de padres y, de hecho, alguno que otro vivía su primer evento competitivo en el bádminton. Incluso, alguno de ellos, saboreó su primera victoria con una raqueta de esta disciplina en las manos. Entre la docena de progenitores que se anotó, los más diestros fueron Antonio Currás e Isabel Vanyek, ambos del Caselas. El club mostró que el talento se puede pasar de padres a hijos o que los mayores van aprendiendo cosas de sus pequeños tras pasar horas en las gradas viéndolos jugar.
Sea como fuere, todos ellos disfrutaron de una jornada con múltiples partidos en el pabellón Álvaro Pino, que estuvo marcado por el buen ambiente y una actividad constante. Como es tradicional en las actividades +Deporte Atlántico, hubo una fotografía conjunta de familia para el recuerdo y, gracias a la excelsa organización de los clubs, también había una mesa-cantina para reponer fuerzas para todos aquellos que pudiesen flojear entre partido y partido.
Había agua, refrescos varios y café, aunque probablemente lo más demandado, a la par que menos recomendado por los expertos en preparación física, eran los trozos de bizcocho con un poco de azúcar para recubrirlos que hicieron las delicias de gran parte de los asistentes.
Y con tan buen sabor de boca deportivo figurado y literal, se cerró la sesión de bádminton con la tradicional entrega de premios.
