Una “desfeita”, así calificó el vigués Iván López van der Veen, presidente de la Alianza Europea de la Pesca de Fondo (EBFA), las nuevas restricciones que podría afrontar la costa gallega ante la revisión al veto de la Unión Europea, ya que podría duplicar las zonas cerradas y golpear también a la flota de bajura. Tras numerosos retrasos, el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES por sus siglas en inglés) finalizó el informe para revisar esta medida que entró en vigor en octubre del pasado año en 87 zonas de aguas comunitarias donde se impide la pesca a todas las artes que hagan contacto con el fondo marino, como el arrastre, la volanta o el palangre.
Previsto inicialmente para diciembre del pasado año, el sector confiaba en que esta revisión permitiera relajar las restricciones, pero finalmente no será así, ya que la incorporación de nuevos datos científicos actualizados sobre ecosistemas marinos vulnerables eleva el número de zonas que podrían ser cerradas a la pesca de fondo. Finalmente, serán entre 102 y 115, atendiendo a cinco posibles escenarios diferentes para su gestión. Esto supondría una superficie desde 9.752 hasta 14.885 kilómetros cuadrados.
“Lo que ya sabemos seguro es que habrá un aumento de las zonas vedadas y en aguas ibéricas habrá un mayor impacto”, explicó López van der Veen. En relación con los cierres existentes en estos momentos, los escenarios de gestión basados en datos actualizados de 2022 dan como resultado un aumento del 15 al 17% en el área total identificada como polígono de protección en las aguas de la ecorregión de los mares célticos, que engloba el caladero del Gran Sol, pero especialmente un aumento de entre el 49 y el 62% en el golfo de Vizcaya y la costa ibérica.
La flota de altura gallega ya era la principal afectada por esta medida al tener una gran presencia internacional y ver reducidas sus posibilidades de pesca en otros caladeros internacionales como el Gran Sol, pero ahora los nuevos cierres, más pronunciados en las aguas gallegas, podrían llegar a complicar también la actividad de la pesca de bajura. En concreto, la revisión del ICES plantea que Galicia pase de 6 zonas vedadas a entre 9 y 14, dependiendo de cuál de los cinco escenarios planteados elija la Comisión Europea. “Estos nuevos cierres tendrán también impacto en la flota de bajura, es irónico porque la Unión Europea siempre dice que es la flota que más quiere ayudar y en este caso se verá perjudicada”, añadió López. El presidente de la EBFA aseguró que “El ICES hizo buen trabajo dentro de los condicionamientos de la Comisión Europea” y abogó por la prudencia y por “ponerse a trabajar duramente de manera técnica” para dialogar con la Comisión, que mantendrá una reunión con el sector el próximo día 25.
Desde Bruselas, el eurodiputado gallego del PP Francisco Millán Mon mostró ayer su preocupación tras la publicación de las recomendaciones del ICES y registró una pregunta parlamentaria urgente dirigida a la Comisión Europea sobre esta cuestión. “Resulta preocupante que el nuevo dictamen del ICES proponga ampliar el número de áreas vetadas a la pesca de fondo, especialmente en aguas de la península Ibérica y del golfo de Vizcaya”, afirmó.
El ICES mantiene que el palangre tiene menor impacto que el arrastre
El veto a la pesca de fondo afectó con especial dureza a flotas como la del palangre, que faenaba con gran frecuencia en las zonas rocosas de cantil, evitadas en gran parte por el arrastre que prefiere los fondos fangosos, y que concentran la mayor parte de las zonas cerradas.
El informe publicado por el ICES recalca que hay “importantes variaciones regionales y zonales en la cantidad y calidad” de los datos sobre el esfuerzo pesquero y los ecosistemas marinos vulnerables, por lo que el ICES indica que actualmente la pesca con artes fijos no está contemplada en los análisis de evaluación. En otras palabras, indican que el palangre de fondo no se considera en la recomendación debido a la falta de información sobre la ubicación de los pequeños barcos que utilizan este tipo de artes fijos y sobre el esfuerzo involucrado, como el tiempo de calado, la longitud del arte, el número de anzuelos o nasas, la longitud de las redes, entre otros.
Además, los expertos han indicado que “las evidencias disponibles sugieren que la pesca con artes fijos tiene un impacto menor en la salud del fondo marino en comparación con la pesca de arrastre de fondo”. En este sentido, Iván López asegura que “siempre tendremos la esperanza de que se tenga en cuenta y se reduzca el impacto en el número de barcos afectados”, pero también reconoce que “el reglamento original afecta a todas las artes que tocan el fondo, por lo que no creo que la Comisión Europea vaya a cambiar la interpretación ahora”.
En el informe de la revisión, el ICES subraya la necesidad de llevar a cabo más investigaciones para entender mejor “el riesgo de que la pesca con artes fijos tenga consecuencias negativas significativas en los ecosistemas marinos vulnerables”.
El informe socioeconómico podría llegar a finales de año
Tras este esperado dictamen del ICES, el Comité Científico Técnico y Económico de la Pesca (Stecf) comunitario examinará los datos y la Comisión Europea presentará sus propuestas teniendo en cuenta el impacto socioeconómico. El proceso para realizar este nuevo informe y sus conclusiones podría prolongarse al menos hasta finales de año, pero según López, los consejos de los científicos apuntan ya a la probabilidad de una continuidad del cierre de las zonas. El sector también sigue a la espera de saber si el recurso presentado por el Gobierno contra esta medida ante el Tribunal de Justicia Europeo sale adelante.
