Condenan a Faurecia por cesión ilegal de trabajadores en Porriño

Una de las protestas llevadas a cabo por los trabajadores tras el cese de la actividad de la planta.
photo_camera Una de las protestas llevadas a cabo por los trabajadores tras el cese de la actividad de la planta.
Un juzgado ve una “especulación fraudulenta de la mano de obra” tras la venta de la actual Madera Fiber 

El Juzgado de lo Social número 7 en Vigo declara la existencia de una cesión ilegal de trabajadores de la antigua Faurecia Interior de Porriño tras la venta de la planta en 2022. La sentencia falla a favor de los 32 empleados que demandaron a las empresas Faurecia Interior Systems, Madera Fiber Technologies, Forvia Faurecia, Callista Private Equity y RW Future Tech y a Rudiger Karl Valentin Wisser (persona física) por el entramado que precipitó la entrada en concurso de acreedores de Madera Fiber, que está sin actividad y con la plantilla (103 personas) afectada por un ERTE. Entre los demandados también figura el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), según consta en la resolución judicial a la que tuvo acceso este diario.

 

 

El fallo del juzgado acredita que “concurren los elementos necesarios de la cesión ilegal”, ya que Madera Fiber -después Grupo Callista y actualmente RW Future Teach- aparece como empleadora a efectos de ofrecer salario y alta en la Seguridad Social a los trabajadores, pero no es la empleadora real en los términos pergeñados en el artículo 20 del Estatuto de los Trabajadores y ofrece mano de obra a Faurecia Interior Systems España, de manera que “se crea una apariencia de relación laboral”. Así, condena a las demandadas y acredita que las partes demandantes adquieren la condición de trabajadores fijos en Faurecia Interior Systems España.

La sentencia acredita que desde que se produjo la venta de la instalación de Porriño “la inversión fue nula”, “no se adquirieron nuevos proyectos ni nuevos clientes” y que “ninguna de las empresas ni los distintos administradores nombrados en la planta efectuaran ni labor de supervisión, ni de dirección ni de organización del trabajo”. “No hay directrices empresariales”, argumenta la jueza, que también ve probado que la nueva propiedad no aportó nuevos medios materiales a la plantilla y que ésta siguió empleando el logo de Faurecia en la ropa de trabajo, así como que “Faurecia (que en esos momentos ya no era la dueña) es la que negocia el precio con los proveedores de materias primas de la planta”, privando de libertad a ésta para acudir a otros suministradores.

La jueza entiende que en todo este entramado concurre la figura de cesión ilegal de trabajadores porque “no existe diferenciación clara de métodos de trabajo, de actividad productiva, de elementos de gestión de recursos humanos y de control de trabajo” entre Faurecia y Madera Fiber. “El objetivo último pretendido por la cesión ilegal es la especulación fraudulenta de mano de obra, obteniéndose un beneficio por quien nada aporta a la realización del servicio”. “El trabajo no es una mercancía y han de tenerse en cuenta las reminiscencias históricas de la esclavitud”, recoge la resolución, contra la que cabe presentar recurso de suplicación ante la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

 

CULEBRÓN FAURECIA

Faurecia solicitó al Juzgado de lo Mercantil número de 2 de Pontevedra que liquide Madera Fiber Techonologies. La planta de Porriño era propiedad de Faurecia hasta que en 2022 la vendió al fondo alemán Callista Private Equity, que después vendió los terrenos y cedió los activos a una compañía rumana gestionada por Rüdiger Wisser. Se declaró insolvente y solicitó concurso de acreedores.

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