Balonmano

Javi Díaz anuncia su retirada del balonmano a final de temporada tras 32 años de carrera

El rosaleiro está cumpliendo su deseo de acabar su carrera en el Novás.
photo_camera El rosaleiro está cumpliendo su deseo de acabar su carrera en el Novás.
Javi Díaz, meta rosaleiro del Novás, anuncia que se retira este mayo a los 48 años tras más de tres décadas en una portería al más alto nivel: “Ojalá pudiese jugar hasta los 65”

Es inevitable la pena. Al menos, cierta tristeza, esa que va ligada al paso del tiempo o, mejor dicho, a la certeza de que el pasado no vuelve. Javi Díaz no estará el próximo mes de septiembre defendiendo una portería en una pista de balonmano, tal y como viene sucediendo de forma continuada los últimos 32 años. Una prolongada carrera que termina con 48 primaveras porque el cuerpo lo pide, la cabeza asiente y del corazón tira Marco. Eso sí, será en mayo. Quedan tres meses de despedida feliz.

 

 

“Llevo dos meses para escribir la notita”, reconocía ayer el ínclito, ya con el móvil reaccionando a su anuncio en redes sociales. Socarrón de por vida, no niega lo sentimental del paso y lo trascendental en su caminar vital pero lo viste de bromas. “Estaba cocinando esta mañana y me decidí: lo hago y ya está”, narra. “Tengo que soltarlo ya. Seguramente me vendrá bien y ya tenía gente diciéndome que un añito más”, reconoce. Porque “decidido estaba desde noviembre de 2022, cuando le dije a Cangas que sería mi último año. Pero me llamó el Novás y se alinearon los astros para poder hacer lo que siempre tuve en la cabeza: retirarme en O Rosal, de donde soy, aunque viva en otro sitio, y donde empecé, aunque me fuese ya en juvenil".

Con total naturalidad, relata cómo la vida lo llevó al balonmano y a la portería. “Yo practicaba muchos deportes pero, al final, juegas a lo que juegan tus amigos. Y eran todos de Novás y jugaban al balonmano. Y lo de la portería, porque no había portero y dije: me pongo yo. No porque me gustara. Ahí me quedé y menos mal. A lo mejor habría sido un extremo o lateral del montón”, bromea.

La raíz de todo está en Novás y quien las regó es la persona de la que Javi se acuerda en su despedida: José Álvarez ‘Buraco’. Presidente del Atlético Novás, sí; pero mucho más para el portero. “Siendo cadete o juvenil me llevaba a ver partidos a Burela, a Coruña… Y cuando era juvenil y empecé a ir con la selección gallega, fue él el que me dijo aquí ya no haces nada, tienes que dar un paso más”, recuerda. Porque con su padre y su madre de vuelta de Suiza en esa época, Buraco fue quien habló con Octavio, Cangas y Teucro: “Él movió todos mis primeros contratos. Y cuando hice la mili, me iba a buscar los lunes por la mañana para llevarme a Figueirido”.

Octavio, Chapela, Teucro, Cantabria, Octavio de nuevo, Villa de Aranda, Valladolid, Cangas y Novás. Larga carrera en un deporte pseudoprofesionalizado. “Cuando empecé, todos los jugadores se retiraban pronto y, además, compaginaban el balonmano con un trabajo. Pero pillé la buena época del balonmano español, tanto económica como deportiva. Y alargué la carrera por eso y, obviamente, porque era portero”, analiza. Y quita hierro al cuidado físico -como a todo-. “O viño do Rosal é mediciñal”, ríe y aclara que “no era un obseso de cuidarme, aunque posiblemente los últimos diez o quince años sí. La cultura deportiva de entonces no era la que hay ahora”. 

El futuro 

Su condición de segundo jugador con más partidos en Asobal, 650, habla de lo espléndido una carrera que acaba. Detrás, el futuro. Sin dibujar del todo todavía en lo que tendrá de relación con su deporte. “Hay que hacer un pequeño duelo. Pero me gusta demasiado el balonmano… Para mí no es un trabajo, es un hobby al que he dedicado 32 años. Me han pagado por algo que me gustaba hacer”, admite. Y reafirma sus razones, para que a él mismo no se le olviden: “Lo tengo que dejar porque el cuerpo ha dicho basta, el niño demanda… Si antes le costaba a él que me fuera, ahora me cuesta a mí. Me cuesta muchísimo recuperar, ahora con la lesión no lo pasé nada bien… Ojalá pudiera jugar hasta los 65 y jubilarme, pero no puede ser”.  ¿Será entrenador tras el duelo?: “No lo sé. De momento, el niño juega al balonmano, así que por los pabellones voy a andar…”. No es una amenaza; es una suerte.

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