Cada vez más cerca, pero todavía sin dar el paso definitivo. Ayer, el Conservas Orbe Porriño volvió a mostrar que ya puede codearse con los mejores equipos de la División de Honor. Lo hizo ante el Bera Bera, ante el Málaga y contra el Elche. Y, ayer, volvió a mostrar que en ese cara a cara, en la lucha de igual a igual, todavía debe dar medio paso adelante el equipo de Isma Martínez. Ante el conjunto ilicitano firmó un encuentro de gran mérito en el que se mantuvo por delante muchos y muchos minutos, pero en el que falló en el momento caliente, en el que había que meter los balones complicados, en el que había que saber leer la dura defensa local y en el que, también, había que entender que el silbato comenzaba a ser casero, probablemente, demasiado casero.
La caída libre comenzó a falta de un cuarto de hora cuando en el pabellón Esperanza Lag el marcador indicaba un 17-20 favorable al equipo visitante que obligó a pedir tiempo muerto al técnico local Joaquín Rocamora. Todo ello en una segunda mitad en la que las louriñesas habían perdido la eficacia vista hasta el descanso. Y ahí, llegó un 3-0 que empató el partido y que obligó a parar el juego a Martínez (min. 52). Era un reinicio, un comenzar pero con las locales con más confianzas que las porriñesas.
Apareció Paulina Buforn para, desde la larga distancia, para poner por delante en dos ocasiones a su equipo. Contestó el Elche con dificultades y favorecido por Casasola, que en los últimos diez minutos no encontró la portería. Algunos lanzamientos sobre el golpe franco y algún siete metros que se ahorró la pareja arbitral. Pero falló y el Porriño dio varias opciones a un Elche que anotó a falta de dos minutos el 23-22. Desde el minuto 5 no se ponía por delante.
Sería definitivo porque Valles erró un siete metros, su único fallo de la noche e, incluso, en inferioridad, robó el Porriño y, al intentar sacar la contra, el pase fue al rival. Y así cayó, de nuevo, ante uno de los grandes de la liga. Falta el paso clave, que debe buscarlo en Copa o en el ‘play-off’. Hay esperanza.
Y es que antes del tramo final negro, el equipo resultó solvente, fiable y, por momentos, hasta espectacular. Con ataque equilibrado, con buen movimiento del balón, con variantes. Probablemente, durante 45 minutos fue el mejor partido de la campaña. Se estropeó al final.
