Balonmano

El Carballal de balonmano, un ascenso de pura amistad

El Carballal ascendió a Plata en 2015 y en 2024 obtiene el ascenso a Oro sin repetir jugadoras.
photo_camera El Carballal ascendió a Plata en 2015 y en 2024 obtiene el ascenso a Oro sin repetir jugadoras.
El equipo vigués obtuvo el ascenso tras usar 23 jugadoras, de las que 19 son canteranas, y su capitana, Daniela Carranza, relata que “siento una alegría que es difícil de explicar”

Daniela Carranza entró hace una década en el Carballal pese a que tiene solo 25 años. Es la capitana de un equipo que ascendió el pasado domingo a División de Honor Oro y lo hizo con una plantilla plagada de canteranas porque de las 23 jugadoras con minutos este curso, 19 salen de las categorías inferiores del club, hasta el punto de que “a Nerea Patiño y Lucía Villamarín las entrené yo en infantiles y ahora ascendieron conmigo. Pude ver cómo crecían todos estos años y es algo que me emociona”, admite la pivote. Es la veterana de la plantilla, pese a su baja edad, porque el Carballal, como club de cantera y amateur, destaca por la juventud. Con ella llega a la segunda categoría del balonmano español. 

“Todavía no sé cómo me siento, sigo sin creérmelo porque es algo que no se vive todos los días. Me hizo mucha ilusión poder estar presente y aportar mi granito de arena”, explica Alejandra Montenegro, de 17 años. En su caso, es una de las juveniles con participación y en la fase de ascenso tuvo un papel destacado en el segundo partido para defender a Janna Sobrepera, jugadora con pasado en División de Honor y referencia del Sabadell. “El entrenador me dice que va a confiar en mí y que necesita que haga ese avanzado sobre Janna. Estaba como en una nube y pensé que iba a defender a una veterana. Estaba algo nerviosa, pero también confiada porque el entrenador me dijo que podía hacerlo. Eso me ayudó”, explica la jugadora. 

 

 

Ocho años de diferencia entre una jugadora y otra, pero un ascenso cargado de emoción por lo lazos que unen a muchas de las deportistas. “Acabó el partido y seguía sin creérmelo. A día de hoy, estoy igual. A cada imagen, a cada vídeo, todavía me sale la lagrimilla. Vives esto con gente con la que llevas años jugando, nos gusta y estamos cómodas. Todo lo que forjamos fuera de la pista lo llevamos dentro y es algo que se nota y nos emociona”, explica Carranza y trata de describir un momento tan especial que es muy complicado de detallar: “La persona que estaba a mi lado llorando por el ascenso es mi amiga y mi compañera desde hace diez años y es una sensación y un sentimiento que no hay palabras para explicarlo”. 

Toda una trayectoria que ahora experimenta en su comienzo Alejandra Montenegro. “Vine al Carballal en infantil porque creí que podía mejorar rápido y me demostraron que era así”, asegura. Debutó esta temporada, siendo juvenil de primer año, y “el viaje a Valladolid fue lo que me quedó marcado”. 

El grupo, salvo contadas excepciones como Nerea Patiño, se mantendrá para la categoría superior. “El ascenso es una motivación extra. Hay que hacer mucho esfuerzo y tenemos que tener mucho más compromiso. Es un paso adelante y conlleva una mejoría para dar un poco más y mantenernos. Será difícil porque los viajes serán más largos y tenemos que dejar dos fines de semana al mes en exclusiva para el balonmano. Lo bueno es que tenemos un buen grupo”, explica Carranza sobre el futuro, lo que vendrá.

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