El diagnóstico era claro al descanso y David de Dios actuó para virar a su equipo y el partido. Introdujo dos cambios y el panorama se modificó. También es preciso mencionar que estas recetas de entrenador tienen muchas opciones de salir bien si el jugador que salta al campo es Mateo Míguez. Poco a poco, el de Redondela gana minutos tras muchos meses de lesión y en el triunfo de ayer su presencia en O Vao resultó clave.
Hasta el descanso, el Coruxo sufría contra el colista de la categoría, una Arandina que parecía encontrarse cómoda en un modelo de partido de ida y vuelta y sin control en el centro del campo. Pese a que la primera opción de gol fue local, después se encadenaron las visitantes, especialmente firmadas por Gonzalo Serrano, que falló claras y de todas las formas posibles. Tiró fuera, disparo por dentro, pero tras conectar un disparo mordido y, en la ocasión más clara, trató de regatear a Alberto y el cancerbero local le sacó el balón de los pies.
También llegó al área la formación local, pero con menos claridad. Ya antes del intermedio, la escuadra viguesa incrementó el número de pases para ganar en control. Era el camino y saltaron Mateo Míguez y Youssef al campo. La presencia del de Redondela partiendo desde la banda derecha resultó fundamental porque el Coruxo pareció otro. Se hizo con el esférico, metió a la Arandina en su campo y en la segunda llegada al área Pitu Doncel metió un centro atrás por partida doble. El segundo llegó a David Añón, que remató al fondo de la red.
El trabajo estaba hecho y el Coruxo controló desde el balón. Solo tuvo un pequeño tramo de diez minutos de sufrimiento con llegadas de Haji Cessay y Kevin Manzano. Rozaron el gol, pero no lo hicieron y explicaron los motivos de la última posición de la Arandina. El Coruxo aleja el descenso y se mete de lleno en la pelea por la promoción de ascenso. Su objetivo.
