El equipo vigués suma siete partidos sin ganar tras siete victorias en los ocho duelos anteriores y una racha negativa al inicio de curso
Observar la trayectoria del Coruxo en la presente campaña es para meterse directamente en el diván, para reflexionar de forma profunda y no encontrar explicación o, por la vía rápida, para descartar cualquier explicación dentro de la lógica. Es un equipo completamente ciclotímico.
Así, comenzó el curso con una victoria a la que le siguió una racha nefasta de ocho encuentros sin ganar con dos empates y seis derrotas. Llegó a ser último y salió de la zona baja con un vuelco del rendimiento notable al sumar siete triunfos en los ocho partidos siguientes. Pasó de no ganar a hacerlo con una facilidad pasmosa.
Podía pensarse que el equipo se asentaba, pero volvió la época de carestía en la que se encuentra en la actualidad. Ahora, ya acumula siete partidos sin ganar para retroceder hasta la décima posición. Suma tres empates y cuatro derrotas en este nuevo ciclo negro de la temporada.
Trasladado a los números, el Coruxo suma 29 puntos en los seis meses que van de curso y 21 llegaron en esos dos meses mágicos de siete victorias. El resto, la isla del partido inicial y dos rachas negativas que juntas suman cinco puntos, cuatro goles a favor y 24 en contra en quince partidos. Números terroríficos.
El domingo, la formación de O Vao visita al Avilés (17:00) en el que será el octavo enfrentamiento de la racha negativa. Se verá si consigue romperla con una victoria o si repite los números de los meses precedentes, con ciclos de ocho enfrentamientos completamente opuestos. Un funcionamiento para el estudio, el diván o la falta de explicación.
