Balonmano

El Balonmano Porriño, un equipo inigualable

José Alberto Vázquez dirige el grupo de discapacidad intelectual del Balonmano Porriño.
photo_camera José Alberto Vázquez dirige el grupo de discapacidad intelectual del Balonmano Porriño.

El Balonmano Porriño comenzó a principios de enero los entrenamientos con un grupo de la Asociación Aceesca, que trabaja con personas con diversidad intelectual 

Un grupo de jugadores especial, probablemente el más específico de la inmensa familia que ya es el Balonmano Porriño. Desde la segunda semana de enero, el club louriñés, por medio del entrenador José Alberto Vázquez, comenzó los entrenamientos con un grupo de usuarios de la Asociación Aceesca, que trabaja con personas con diversidad intelectual. “Vamos por todos los colegios de Porriño y Mos. A raíz de ir al Antonio Palacios, hablaron conmigo de la Asociación Aceesca, que está al lado, por si podíamos promover el balonmano con ellos. La idea que tenían eran ir un día o dos aislados, pero decidimos convertirlo en una jornada permanente porque creemos que ese tipo de asociaciones ayudan bastante a este colectivo y, por parte del club y por la mía personal, es la apuesta. Fuimos la primera semana, les gustó y ya pasamos de 14 personas a 18 en menos de un mes”, explica el técnico.

Por lo tanto, en unas semanas, ya parece claro que la iniciativa es todo un éxito. “Es un balonmano lúdico, tareas relacionadas con este deporte, y de forma divertida. Comencé primero con balones blandos de entrenamiento, que son los que usamos para escolares, y ya me dijeron que nosotros usábamos balones duros y con resina. Les llevo los balones, pero no la resina porque, si la llevo, me matan los que limpian la pista. Y la verdad es que muy bien. Les gusta mucho y nosotros estamos encantados”, valora José Alberto Vázquez. 

Como en todo colectivo, el nivel de destrezas es diferente, pero “tenemos alguno que vio balonmano alguna vez y otros que, directamente, lo desconocían totalmente. Que no sabían lo que era, pero también tengo experiencia en otros grupos con discapacidad y es como les plantees las clases. Y el primer día ya les dije que les iba a enseñar a pasar, botar y lanzar y, al final, ya hicimos el partido. Los monitores quedaron un poco asustados por hacer un partido nada más empezar, pero ya lo jugamos y se lo pasan bomba”, explica el entrenador. Incluso admite que la adquisición de los conocimientos es rápida: “Asimilan rápido las cosas y te demandan más. Es muy gratificante para mí como entrenador”. 

De hecho, la idea es encontrar algún otro grupo para jugar un partido en el futuro. “Hablé con Aceesca y, si encuentran otro grupo, al club y a mí nos encantaría hacer algún encuentro o algo así”, añadió el técnico de 46 años y que esta campaña regresó al Porriño, su club de formación.

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