Desahuciados una mujer y su hijo en Mos tras intentar evitarlo una barrera humana

María de la Cruz, desalojada de su casa, acompañada por familiares y amigos. // Alberte
photo_camera María de la Cruz, desalojada de su casa, acompañada por familiares y amigos. // Alberte
La vecina de Torroso vivía desde hace más de medio siglo en ese hogar, con un menor de edad a su cargo y asegura que fue denunciada por su hermano y su padre

Desahucio efectivo en Mos. Después de que medio centenar de vecinos de Torroso lo impidieran hace más de un mes, ayer la Guardia Civil echó de su casa a María de la Cruz Estévez, donde llevaba viviendo más de medio siglo. Ni la resistencia vecinal fue capaz de parar la actuación de las autoridades, realizando una barrera humana que retrasó su intervención si bien no se pudo conseguir una nueva prórroga.  

 

 

El pasado 12 de febrero, la misma presión social evitó el desalojo de una mujer y su hijo en situación de vulnerabilidad al no tener trabajo después de haber cuidado a su madre, ya fallecida. Ella misma aseguró que fue su propia familia la que la denunció para echarla de su vivienda, en la que había invertido todos sus ahorros. Tras varios aplazamientos, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de O Porriño puso la actuación para este 19 de marzo.

A la salida forzosa de su casa, de dos plantas y de color azul, María de la Cruz no pudo evitar las lágrimas al tener que despojarse de toda una vida. Al lado de su hijo y de su mascota, volvió a estar acompañada por familiares, amigos y vecinos.

La situación comenzó a torcerse para María de la Cruz Estévez hace tres años con el fallecimiento de su madre, quedando su parte de la casa en herencia aunque el usufructuario el su padre, de 88 años y con principio de demencia senil. Las complicaciones en la convivencia hizo que el padre se mudase al hogar de uno de sus hermanos, que vivía en el entorno. A partir de ahí recibió una notificación judicial para abandonar el domicilio, interpuesta por su propio padre y con la colaboración de dos de sus hermanos.

La justicia falló en su contra, pese a confirmarse el principio de demencia que tenía su padre. “Convencieron a mi padre para que me denunciara y me echara de casa”, señaló a los medios mientras la desahuciaban, con el consuelo de sus vecinos. La familia se encuentra en manos de servicios sociales.

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