Anastasios Douvikas alcanzó el pasado domingo, en el partido ante el Rayo Vallecano en Balaídos, las dos decenas de veces que ha salido al campo desde el banquillo en la presente Liga. Una contundente muestra del papel que ha tenido que asumir el griego en su primera temporada en la Liga española y en el Celta, a la sombra de Iago Aspas y Jorgen Strand Larsen pero con alguna presencia en casi todos los partidos. Y es un perfil que no parece haber cambiado con la salida de Rafa Benítez y la llegada de Claudio Giráldez al banquillo.
El heleno llegó a Vigo poco antes del cierre de mercado y se subió al equipo ya en la cuarta jornada. De las 27 en que ha estado disponible, pues no ha faltado ni una por sanción o lesión, apenas logró hacerse un hueco en el once en cinco, salíó desde el banquillo en las 20 ocasiones mentadas y sólo se quedó sin jugar ni un solo minuto en dos jornadas: en la décimo primera -derrota en Girona 1-0- con Rafa Benítez en el banco y hace dos, en la victoria en Sevilla (1-2) ya con Claudio Giráldez al mando.
Como es obvio, esa administración de minutos ha influido en la que es su gran baza, la realizadora. Pese a todo, atesora cuatro dianas, la mitad marcadas en sus escasas presencias en el equipo inicial y la otra mitad logradas tras salir desde el banquillo. Tampoco le ha acompañado la fortuna en cuanto a que esos goles sirviesen para sumar puntos, ya que tres de ellos los anotó en sendas derrotas (3-2 ante el Barcelona, 2-1 en Las Palmas y 3-2 contra el Villarreal) y sólo uno colaboró en un triunfo, el 0-3 en Pamplona. Además, todavía no ha podido abrir su cuenta ante la afición celeste en Balaídos.
El pasado domingo, Douvikas volvió a mostrar compromiso e hizo gala, en lo posible, de su capacidad de remate. Un cabezazo de su cosecha fue una de las ocasiones en la segunda parte, ésa que él suele pisar tanto.
Nueve goles desde el banquillo
Dicen los números que 9 de los 32 goles que ha marcado el Celta esta temporada han sigo culminados por jugadores que habían salido desde el banquillo. Una cualidad de revulsivo que lidera el sueco Williot Swedberg, que ha marcado tres tantos siendo suplente de inicio. Además, todos ellos han servido para sumar puntos importantes, especialmente los agónicos conseguidos ante Almería y Betis para certificar sendos triunfos. A ellos hay que añadir el anotado ante el Cádiz para un 2-2 final. En total, siete puntos derivados de esas dianas.
Con todo, el joven nórdico no es el único que ha aportado en la suerte definitiva saliendo desde el banquillo. Anastasios Douvikas anotó dos tantos, aunque sólo el de Osasuna dio rédito. Y Carles Pérez, hace apenas dos jornadas, se sumó al trío con el zurdazo que permitió empatar el encuentro en Sevilla y que abrió el camino hacia la victoria final.
Aparte de estos tres goleadores, el Celta tiene en sus filas, así mismo, otros tantos asistentes después de entrar con el encuentro en marcha. Se trata de Joseph Aidoo, en el empate ante la Real Sociedad de la segunda jornada, de Manu Sánchez, en la derrota ante el Villarreal, y de Iago Aspas, en el tropiezo en el campo del Getafe.
En total, nueve veces en que la decisión del técnico de dar entrada a un jugador ha tenido un efecto en el marcador final.
