Goles del Celta que se echan en falta

Iago Aspas se lamenta desde el suelo en la acción en la que reclamó penalti el pasado domingo.
photo_camera Iago Aspas se lamenta desde el suelo en la acción en la que reclamó penalti el pasado domingo.
El Celta lleva más tres años y medio sin marcar de falta, una tendencia general en la Liga

La amenaza de las faltas directas ya no es lo que era. Aquella sensación de peligro constante que generaban los grandes lanzadores cuando se producía una infracción al borde del área ajena ha pasado a la historia. Baste apuntar que de los 780 goles que se llevan visto esta campaña en Primera, sólo seis llegaron mediante golpeo directo a balón parado. Apenas un 0,76%, un dato que en el fútbol estadístico de hoy en día es prácticamente despreciable.

El Celta colabora de forma contundente en esta tendencia. Porque no es que el celtismo no haya podido celebrar un gol de falta directa este curso, sino que ya lleva más tres años y medio sin hacerlo. En concreto, desde que en la segunda jornada de hace tres temporadas, en la 2020/2021, Iago Aspas marcase de esta guisa al Valencia. Fue el 19 de septiembre de 2020 y, desde entonces, todos los intentos han sido infructuosos.

Como en tantas otras facetas del juego, y más las relacionadas con el gol, Aspas es la referencia. El moañés era un asiduo de esta suerte desde que abrió la veda en la temporada 16/17, cuando logró dos tantos. Además, el resto del equipo le acompañó con otros dos. En la 17/18, uno del morracense para tres en total. En la 18/19, los dos del susodicho fueron los únicos. En la 19/20, él consiguió uno y sus compañeros dos más. Y en la 20/21, el mentado al Valencia en solitario.

El mal, como queda dicho, es de muchos. Esas seis solitarias dianas así lo atestiguan, aunque en absoluto las desprecian los seis equipos, una por barba, que han podido celebrarlo. El ex céltico Brais Méndez marcó para la Real Sociedad (jornada 27) e hicieron lo propio para sus respectivos equipos Ferran Torres (Barcelona, jornada 5), Florian Lejeune (Rayo Vallecano, jornada 29), Willian José (Betis, jornada 4), Rubén Alcaraz (Cádiz, jornada 13) y Saúl Coco (Las Palmas, jornada 9).

Al menos, el Celta tampoco ha encajado de falta directa. El damnificado principal es, precisamente, el próximo rival celeste tras el parón, el Betis, que recibió un tanto así ante Barça y Rayo. Por detrás, con sólo un dolor similar, se encuentran Rayo -el de Willian José-, Sevilla -el de Brais-, Villarreal -el de Coco- y Mallorca -el de Alcaraz-.

Todas las infracciones señaladas ante el Rayo fueron en campo rival

Una de las ventajas que tiene la idea futbolística de Claudio Giráldez en cuanto a adelantar la línea defensiva para jugar en campo contrario es que apenas tiene que defender acciones a balón parado procedentes de saques de esquina y, especialmente, de faltas cercanas al área propia. En este último punto, llama la atención que todas las infracciones señalizadas por Hernández Hernández en contra del conjunto vigués fueron en la mitad del campo del Rayo Vallecano.

Claudio Giráldez, durante el entrenamiento de ayer en Mos.
Claudio Giráldez, durante el entrenamiento de ayer en Mos.

Fueron, concretamente, 12 las faltas señaladas y ninguna permitió al rival colgar el balón sobre la zona de acción del meta celeste, Vicente Guaita. En la jornada anterior, contra el Sevilla, el reparto fue equitativo entre las dos mitades del campo, pero las acaecidas en el céltico (3) fueron muy cercanas a la línea que divide el terreno de juego.

Hasta la llegada de Claudio Giráldez, el Celta se acercó a esa tendencia de hacer faltas lejos de su portería en los tres encuentros en los que dispuso de superioridad numérica durante un gran tramo del encuentro, es decir, Almería (1 de 8 en campo propio), Cádiz (2 de 14) y Getafe (2 de 14). La excepción es la visita del Girona, cuando Rafa Benítez apostó por aquella alineación ofensiva juntando a Jorgen Strand Larsen, Iago Aspas y Anastasios Douvikas en el once inicial. En aquel duelo, sólo 2 de las 13 faltas fueron en la mitad celeste.

En cualquier caso, la ausencia total de faltas en la mitad propia tiene parte de casualidad, porque es imposible de controlar, pero también sugiere una apuesta. Los balones sobre el área, que antes eran norma con proliferación de saques de esquina en contra, ya son menos, por lo que las exigencias defensivas de los centrales celestes han cambiado. Eso sí, sus intervenciones han pasado a estar menos protegidas y los espacios han aumentado para los delanteros.

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