El Celta recibirá el próximo domingo (16:15 horas) al Villarreal, un rival al que no consigue batir en Balaídos desde hace cinco años, el 30 de marzo de 2019, cuando Iago Aspas protagonizó aquella ‘reconquista’ que permitió a los celestes salir del descenso dos jornadas después y acabar logrando la permanencia en una campaña muy complicada. Desde entonces, el ‘submarino amarillo’ no ha vuelto a caer en Vigo, de donde se ha llevado dos victorias (0-1 en la 2019/20 y 0-4 en la 2020/21) y dos empates (1-1 las dos últimas temporadas).
El equipo de Claudio Giráldez llega en esta ocasión a la cita en una situación delicada, aunque no tan urgente como hace un lustro. En estos momentos, después de 33 jornadas, el Celta ocupa el decimoséptimo puesto de la clasificación con 31 puntos y posee un colchón de cinco puntos sobre la zona de descenso, que marca el Cádiz, mientras que el Villarreal es noveno con 45 y pelea por la última plaza europea, la séptima.
En marzo de 2019, después de 28 jornadas, el cuadro celeste se encontraba en el puesto decimoctavo con 25 puntos y estaba a cuatro de la zona de permanencia, que marcaba precisamente el Villarreal con 29.
La escuadra de Giráldez, segundo técnico celeste este curso tras Rafa Benítez, viene de lograr un triunfo en los últimos cuatro partidos, mientras que el ‘submarino’ ha vencido los dos más recientes, ante Almería y Rayo. Hace cinco años, el equipo que dirigía Fran Escribá -tercer entrenador de la temporada tras el argentino Antonio Mohamed y el portugués Miguel Cardoso- llevaba seis jornadas sin ganar, con cinco derrotas y un empate.
Una situación casi desesperada que llevó a la afición céltica a promover ‘A nosa Reconquista’, dos días después de la fiesta de la Reconquista de Vigo, el 28 de marzo, y que se agravó tras una primera parte de dominio de los visitantes que llegaron al descanso con un preocupante 0-2 y goles de Ekambi y Pedraza.
Fue entonces cuando Iago Aspas, que salía de una larga lesión, se echó el equipo a la espalda y, tras recortar diferencias en el 50 con un libre directo, remontó de penalti en el 86, después de que Maxi Gómez lograra el empate en el 71.
Aquella victoria permitió al Celta engancharse de nuevo a la lucha de la permanencia y dos jornadas después, en la 31, salió de la zona de descenso con un triunfo ante la Real Sociedad (3-1) para acabar salvándose en el último partido del campeonato.
Pero después de aquel triunfo determinante frente al Villarreal, el conjunto vigués no ha sido capaz de volver a doblegar al castellonense en Balaídos. Un año después, en junio de 2020, el bloque dirigido por Javi Calleja se impuso al Celta sobre el Lagares con un solitario gol de Trigueros en el último suspiro (0-1, min.90).
El ‘submarino’ regresó a Vigo en enero de 2021, con Unai Emery en el banquillo, y consiguió su victoria más cómoda, un 0-4 que se fraguó en los primeros veinte minutos del encuentro, en los que marcaron Gerard Moreno, Moi Gómez y Dani Parejo, este último con un golpe franco directo. En el 31, Fer Niño puso la sentencia y el duelo quedó resuelto antes del descanso.
En las dos últimas temporadas, el Celta cosechó sendos empates a un gol ante el Villareal sobre el Lagares. En la 2021/22, el enfrentamiento se produjo en la jornada 14, el 20 de noviembre de 2021, y el gol celeste lo anotó Brais Méndez, que en el minuto 72 neutralizó el tanto de Alberto Moreno en la primera parte.
El curso pasado, Celta y Villarreal se midieron en la decimoséptima jornada, el 13 de enero de 2023, y Gerard Moreno adelantó de nuevo a los visitantes al cuarto de hora de encuentro. Larsen consiguió el empate en el 68, a pase de Gabri Veiga.
Fue la última vez que vigueses y castellonenses se enfrentaron en Vigo hasta el choque del próximo domingo, en el que el conjunto celeste intentará recuperar el espíritu de aquella ‘reconquista’ para sumar los tres puntos y dar otro paso hacia la permanencia. Será en la jornada 34 y, después, sólo quedarán otras cuatro y 12 puntos en juego, con lo que el resultado que se dé en este duelo puede ser decisivo de cara al objetivo. Para ello, los de Claudio Giráldez deberán cambiar radicalmente la imagen que ofrecieron el pasado fin de semana en Mendizorrotza.
