Un Celta indiferente al escenario

Iago Aspas saluda justo antes de posar con el resto de sus compañeros en Balaídos el pasado domingo.
photo_camera Iago Aspas saluda justo antes de posar con el resto de sus compañeros en Balaídos el pasado domingo.
El equipo vigués es el único de la Liga con un equilibrio perfecto entre los partidos jugados de local y de visitante

El empate del pasado domingo ante el Rayo Vallecano en Balaídos convirtió al Celta en un ejemplo de equilibrio prácticamente perfecto. Porque de los 30 partidos que ha disputado en Liga en el presente ejercicio, repartidos a partes iguales entre casa y fuera, ha sumado el mismo número de puntos en Vigo que lejos de la ciudad: 14. Y, además, ha llegado a la suma con la misma combinación de resultados: 3 victorias, 5 empates y 7 derrotas.

 

 

Ningún otro equipo de Primera muestra tan aparente indiferencia entre jugar ante su público o hacerlo a domicilio. El que más se acerca es el Villarreal, que también reparte sus puntos a partes iguales (19 y 19) pero en su caso ha disputado dos encuentros más como local que como visitante. Así, iguala en número de triunfos y de empates en ambas circunstancias (5 y 4) pero ha perdido más en el estadio de La Cerámica que por el resto de España.

De los otros 18 conjuntos de la Liga, 16 mantienen la tendencia clásica de sumar más cuando ejercen de anfitriones. Apenas dos se salen de tal norma: la Real Sociedad, que acumula 23 puntos en Anoeta y 26 fuera, y un rival directo celeste como el Rayo Vallecano, que ha cosechado 13 en Vallecas y 17 en otros estadios.

Los goles sí son diferentes

Donde sí hay una gran diferencia entre el Celta local y el visitante es en la producción goleadora, tanto a favor como en contra. Sus pírricos 10 tantos a favor en Balaídos, la cifra más baja de la Liga con diferencia -le siguen los 14 de Almería, Rayo, Cádiz y Mallorca-, crecen a domicilio hasta más del doble en, como queda dicho, el mismo número de partidos: 22.

En la otra dirección, al menos, la diferencia es favorable al Celta, ya que en Balaídos ha encajado la aceptable cifra de 17 goles. A domicilio, ha tenido que recoger el balón de la portería propia 27 veces. Un detalle contra el equilibrio.

El gran ejercicio de resiliencia

La temporada liguera del Celta está siendo un exigente ejercicio de resiliencia. Tanto en lo global, con una clasificación que ha amenazado, y aún amenaza, como en cada partido en particular, con demasiadas ocasiones en las que se ha visto por detrás en el marcador. En concreto, en las 30 jornadas disputadas ha estado con el resultado en contra en 19 ocasiones, habiendo conseguido librarse en cinco, dos de ellas siendo capaz de acabar ganando y otras tres logrando al menos un empate.

Sólo el Granada, penúltimo y con una tendencia actual tan negativa que apunta a acabar cerrando la clasificación, se ha visto por debajo más veces que los celestes, con 26. Además, los granadinos todavía no han logrado ni una sola remontada, lo que supone un terrible peso. Lo curioso es que lejos de las penurias clasificatorias que apenan al conjunto andaluz y al Celta se mueve el Villarreal, pero el bloque castellonense acumula las mismas 19 desventajas en lo que va de Liga, aunque en su caso solventada con un mejor balance de 3 victorias y 4 empates.

El Celta viene de lograr su última remontada en su encuentro como visitante más reciente, en Sevilla. Y la próxima semana regresa a esa misma ciudad para medirse a un Betis que, hasta el momento, no ha logrado dar la vuelta a un resultado en contra este curso. La cuestión, claro está, es lograr ponerse por delante.

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