El finiquito de Benítez aún no está firmado

El técnico Rafa Benítez, en el banquillo de Balaídos.
photo_camera El técnico Rafa Benítez, en el banquillo de Balaídos.
La ausencia de un plazo normativo permite al club apurar el trato

Más de tres semanas después de su despido, el Celta y el anterior entrenador del primer equipo, Rafa Benítez, todavía no han llegado a un acuerdo para resolver el contrato que unía a ambas partes hasta el verano de 2026, aunque con cláusulas de salida un año antes. Las conversaciones se mantienen pero, dentro de un orden, no existe prisa para la firma, ya que la nueva reglamentación federativa no exige haber alcanzado el acuerdo con el técnico despedido para que su sustituto pueda ejercer con plenas facultades.

La decisión de destituir a Rafa Benítez sorprendió, ya que el club había apostado por él en anteriores ocasiones pese a que los resultados fueron malos desde el comienzo. Y esa sorpresa también se extendió al propio afectado, que confiaba en poder realizar un proyecto a medio plazo y ya tenía diseñado cambios en la estructura a realizar tras el final de la presente temporada. En el momento clave, fue el desencuentro futbolístico con parte del vestuario lo que convenció a la cúpula de la entidad de la necesidad de prescindir el veterano entrenador y apostar por la juventud de Claudio Giráldez, que propugna un estilo de juego muy distinto al de su predecesor.

La cuestión es que el caché de Benítez, pese a haberlo ajustado para recalar en Vigo, es elevado. Y de ahí que la negociación para resolver el contrato sea prolija. Porque el Celta sabe que la temporada, salvo por la venta millonaria de Gabri Veiga -pendiente de concretar en cuántos ejercicios se consigna-, presenta números rojos, pero quiere rebajar la intensidad lo máximo posible.

La ausencia de ese tope normativo evita dramatismos. Pero el tema es de suficiente calado como para que las partes aboguen por una resolución lo más temprana posible. Benítez es historia en lo deportivo, no en lo económico.

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