El Celta B se sitúa líder tras hilar su cuarta victoria

Raúl Blanco revitalizó al filial céltico en la segunda parte, con media hora brillante de fútbol.
photo_camera Raúl Blanco revitalizó al filial céltico en la segunda parte, con media hora brillante de fútbol.
El Fortuna superó al Sabadell en un Barreiro anegado y pasó la noche como líder de la Liga

Alguna vez se ha comentado que Claudio Giráldez y su Celta Fortuna son maestros de la adaptación. Ayer, ante el Sabadell, no fue excepción. El filial céltico se desempeñó nuevamente a la perfección en las reducidas dimensiones de Barreiro en un juego elevado a modo experto por la tromba de agua que convirtió en una ciénaga el terreno de juego. Sobre él se deslizó el conjunto vigués, que aprovechó dos expulsiones y un penalti riguroso -además de otro más claro- para tomar ventaja, encadenar el cuarto triunfo consecutivo y dormir líder. Como pez en el agua. Como monstruo en el pantano. 

No fue fácil. El equipo catalán se mostró aguerrido. Falta le hacían los puntos para eludir la zona de descenso en la que anda sumido. Pero no existe la empatía en los ojos del depredador. El filial salió mandón, orbitando alrededor de Fer López. Especial. El joven centrocampista vigués fue el perejil de todas las salsas. El amigo de los niños. Soluciones de todo tipo en forma de pase, de conducción, de disparo o, simplemente, de fijación al rival para abrir huecos a los demás. A Dani González, por ejemplo, titular ayer y con un interesante remate de tacón que blocó Ortolá. Era la primera incursión de Alfon.

En la segunda, el manchego desequilibró el partido en un calco del gol que metió la semana pasada en Pamplona. Desmarque de dentro a fuera y pase de Hugo Álvarez. Antonio Sánchez le puso la mano en el hombro y le derribó. Roja. Una expulsión algo rigurosa a la que siguió un penalti por mano muy protestado por los visitantes. Damián transformó.

Pero el equipo catalán no se rindió. Tras un aviso de Carrión, encontró un saque de esquina, que Pau Resta convirtió en el empate. De nuevo, el balón parado penalizaba al Fortuna. El descanso se aproximaba igualado, pero Alfon entró en acción con un giro dentro del área coronado con latigazo cruzado.  Solo había pasado un minuto.

Para entonces, la lluvia era intensa e insistente. El drenaje de Barreiro aguantó el tipo, pero el agua vertical también se volvió en horizontal. Charcos y más charcos en una segunda parte en la que la superioridad numérica debía refrendar la del marcador. Fue así, pero con susto intermedio. Una mano que no era de Javo Rodríguez provocó una falta que Herrera transformó de manera magistral. Directa a la escuadra. 

Quedaba tela que cortar y Claudio Giráldez optó por las tijeras de Moaña que tenía en el banquillo. La entrada de Raúl Blanco aceleró y clarificó los ataques del Fortuna. Un pase suyo a Rueda terminó en un penalti bastante claro, que el propio capitán celeste embocó. 

Con el cansancio visitante y el aguacero, el partido se volvió una locura con errores por ambos bandos. También aciertos. Como el de Ortolá a un tiro de Fer López. Pero el mayor  del choque lo puso Alfon. Como si fuera Yuzuru Hanyu deslizándose por el hielo, el albaceteño voló a ras de agua para dejar atrás a dos rivales -con caño incluido- y castigar con la zurda. Una obra de arte.  Luego vino la discutible roja a Herrero y algunas ocasiones más. Pero el resultado no se movió y el Fortuna se proclamó líder y rey del pantano. 

Claudio Giráldez: “Cuatro victorias seguidas son una barbaridad”

Claudio Giráldez estaba satisfecho por el resultado y por el rendimiento de sus futbolistas ayer en Barreiro.“Son cuatro victorias seguidas, que parece fácil decirlo, pero es una barbaridad en esta categoría. Estamos muy por encima de donde pensábamos a principio de temporada”, expresó el entrenador porriñés, feliz por la “adaptación” del Celta Fortuna tanto al campo como, sobre todo, a las duras condiciones meteorológicas que ayer azotaron Vigo en particular y Galicia en general. “Nos vino un vendaval encima que lo puso todo complicado”, apuntó Giráldez. “Hablamos mucho en la charla previa de la importancia de adelantarnos porque preveíamos que podía llover mucho, aunque quizá no tanto”, añadió el entrenador del filial céltico.

En ese contexto,  Claudio confesó que el encuentro le recordó a “uno de los años 80”, también por la cercanía del público. “Quiero agradecer a la gente que ha venido hoy con este tiempo y coincidiendo con el Clásico”, subrayó. 

“En la primera parte dominamos con balón contra un rival que te espera y contrarrestando su juego directo”, analizó Giráldez sobre el partido. “Nuestros peores minutos vienen después de la expulsión, que estuvimos precipitados”, comentó en relación al último tercio del primer acto, justo antes de los goles. “Generamos ocasiones de sobra para ganar con holgura”, defendió el técnico louriñés,  que se resignó ante el aguacero. “En los 25 minutos finales era otro deporte”, asumió Claudio, “contento, pero con los pies en el suelo”. 

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