Pese a las rotaciones y el pésimo estado del terreno de juego, el Celta demostró ser superior a un Amorebieta peleón pero limitado y sólo la relajación de los celestes tras el primer gol permitió a los locales protagonizar una remontada que resultó inútil. Benítez hizo debutar a Jailson como central.
Rotaciones masivas
Rafa Benítez introdujo hasta nueve cambios en el once respecto al que alineó en el anterior partido de Liga, ante el Betis, y sólo mantuvo a dos titulares de aquel encuentro por obligación: el central Unai Núñez, que sigue jugándolo todo por las lesiones de Aidoo y Starfelt, y Manu Sánchez, que ocupó de nuevo el lateral izquierdo con Ristic recién salido de la enfermería. Tácticamente, Miguel empezó por la derecha y Swedberg por la izquierda, pero en la segunda parte el sueco pasó a acompañar a Douvikas como segundo delantero.
Un campo impracticable
Jugar en campos como el de Urritxe ofrece el sabor del fútbol antiguo, pero también resulta arriesgado. El terreno de juego se encontraba en pésimas condiciones, con agua y barro en casi todas las zonas, una circunstancia que redujo las diferencias entre ambos equipos.
Gol tempranero
El Celta hizo lo más difícil, adelantarse pronto para poder manejar el partido con el resultado a favor. A los cinco minutos, Miguel Rodríguez disparó desde fuera del área y el guardameta local, Magunagoitia, no pudo atrapar el balón, que entró pegado al palo izquierdo.
Siesta celeste
Pero en lugar de manejar el encuentro, el Celta sesteó y permitió que el Amorebieta fuera creciendo poco a poco. A la media hora, Jauregi empató tras una jugada que empezó con un saque de puerta de los vizcaínos y en el que el sistema defensivo celeste quedó retratado. En poco más de media hora, los vigueses cedieron cinco saques de esquina y, cuatro minutos después del primer gol, encajaron el segundo a la salida de un córner. Iván Villar despejó flojo y en la segunda jugada, Rayco hizo el 2-1.
A jugar
El doblete encajado pareció picar en el orgullo a un Celta que, a partir de ese momento, se puso a jugar de nuevo. Los últimos minutos del primer tiempo ya fueron suyos, pero tras el descanso, en el que Benítez no hizo cambios, los vigueses salieron en tromba y dieron la vuelta al marcador en apenas cuatro minutos. Jailson se estrenó como goleador con el Celta tras un saque de esquina y Douvikas aprovechó una gran jugada de Miguel Rodríguez para anotar el 2-3.
A balón parado
El Celta sentenció la eliminatoria a balón parado. En el minuto 75, Hugo Sotelo botó una falta lateral, Unai Núñez prolongó de cabeza y Douvikas remató con el pie el cuarto de los celestes.
