Jailson Marques es, sobre todo, mediocentro y muy poco goleador -ocho en toda su carrera profesional antes de llegar a Vigo, que son 226 partidos-. Pero ayer se estrenó en el Celta como central, su segunda posición, y anotando uno de los cuatro goles del equipo celeste para pasar ronda en la Copa del Rey ante el Amorebieta. Siendo purista, su estreno fue, en concreto, una cartulina amarilla que vio en el minuto 3 del partido por un manotazo sin intención en la cara de un rival. Al menos, ese mal augurio no se cumplió.
Porque Jailson no hizo un partido brillante, ni siquiera demasiado participativo. Pero sí fue capaz de cumplir con su papel en defensa sin errores y sin peligrar esa segunda amarilla que habría complicado la eliminatoria. Con balón, no le favoreció el hecho de jugar perfilado a la izquierda, apostando por no complicarse la vida en la circulación ni arriesgar con un pase entre líneas, teniendo en cuenta además que el campo no acompañaba para tal tipo de aventuras. Por lo tanto, habrá que esperar a unas condiciones más propicias para comprobar si el brasileño puede colaborar con balón, además de aportar presencia física.
En su primer partido, Jailson dejó lógicamente que fuese Unai Núñez el que mandase en la línea defensiva. Pero no evitó fajarse en un partido en el que era necesario hacerlo y tuvo la fortuna de cara en la acción del gol, aprovechando la devolución al corazón del área de Douvikas de una falta lateral para lanzarse a empujar el balón.
Los 90 minutos
Otro aspecto a tener en cuenta es que Rafa Benítez no le administró los minutos. Tal vez por necesidad, pero decidió que Jailson se estrenase con 90 minutos para ir cogiendo el ritmo de competición que le falta. Tras el debut copero, tocará aparecer en Liga y, sobre todo, mostrar su capacidad en la posición de mediocentro, para la que fue fichado primariamente con el fin de disponer de un futbolista alto en esa demarcación.
