incendio

El fuego amenazó a pueblos y desalojó casas en Celanova

Un pajar y una vivienda vacía fueron calcinados en el de Montederramo, que amenazó a Lamelas

La provincia de Ourense vivió ayer pendiente de la evolución de tres grandes incendios que  llegaron, en algún caso, a amenazar viviendas o quemar casas, y a activar el nivel 2 de alerta -desactivado a las 21,13 horas- en uno de ellos. El más virulento se registraba en la parroquia de Amoroce, en el municipio de Celanova, a las mismas puertas de la villa. Eran las 16,47 horas cuando se observaban las primeras llamas a la altura de la urbanización Souto Verde. Hasta el lugar se trasladaron un técnico, dos agentes, cinco brigadas, cuatro motobombas y tres helicópteros. Los cambios de viento se tradujeron en un giro de la dirección del fuego que a media tarde amenazaba a las viviendas de la urbanización y colindantes, por lo que fue necesario el desalojo de los vecinos que las ocupaban, así como de los que se encontraban en el tanatorio próximo, donde se velaba a un difunto. También fue necesario cortar al tráfico la OU-0209 a Quintela de Leirado y la OU-531 a Cortegada entre los kilómetros 27 y 29.

Otro foco, éste bajo la OU-540, en la finca de A Coutada, con casas y mucha arboleda, se unía al primero a lo largo de la tarde y obligaba también al desalojo de personas.

Montederramo

A las 13,55 horas, se registraba el primer fuego de la jornada en la parroquia de Marrubio, en el municipio de Montederramo, calcinando 60 hectáreas tras quedar controlado a las 19,34 horas, gracias a la participación de cuatro agentes, 13 brigadas, ocho motobombas, una pala, cinco helicópteros y cuatro aviones.

Antonio Rodríguez, alcalde de Montederramo y que siguió la evolución de las tareas de extinción, mostró su preocupación porque "el fuego se llegó a situar a escasamente 50 metros de Lamelas", cuyos vecinos, junto con los de otros pueblos colindantes, ayudaron a la extinción. Las llamas quemaron "un pajar y una casita abandonada del pueblo de Acebedo, que está deshabitado", explicó el regidor.

En el oriente ourensano, en la localidad de Quereño (Rubiá), se registraba un tercer foco de fuego. Uno de los bomberos sufrió una crisis de ansiedad al ver como un golpe de viento llevaba a que prendieran las llamas justo debajo de la motobomba que conducía, empezando a arder las ruedas y afectando al tubo del aire, dejando el vehículo inutilizado y siendo trasladado el afectado al hospital.

En total, el fuego arrasó 19 hectáreas, 17 de ellas de monte raso y dos de arbolado, interviniendo en la extinción cuatro agentes, 11 brigadas, cuatro motobombas, cuatro helicópteros y un avión.

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