Unicef está muy presente en Vigo, no solo por las personas que colaboran con esta organización, sino por las actividades que realiza en centros escolares o en la vida cultural y deportiva de la ciudad. En Vigo está una de las tres escuelas ‘amigas de la infancia’ de Galicia, el colegio Niño Jesús de Praga, y muchos centros realizan tareas dentro del programa educativo Enrédate.
Además, en fecha reciente celebraron un festival en beneficio de las víctimas del tifón “Yolanda” de Filipinas y de cara al futuro preparan una carrera con la Universidad de Vigo para el 28 de abril, un concierto en Mayeusis el 10 de mayo, una marcha ciclista con el Concello el 22 de junio, entre otros eventos en Vigo y comarca.
¿Tienen mucho peso en Vigo?
Pues sí, la ciudad de Vigo es importante dentro de Unicef, tenemos uno de los porcentajes más altos de recaudación no solo porque es una de las ciudades más importantes de Galicia sino porque la gente de Vigo es de verdad muy solidaria.
¿Colaboran más las empresas o los particulares?
El 63% de nuestro presupuesto viene de particulares, aunque vamos teniendo algunas empresas.
¿Con la crisis van a menos?
La gente que está con nosotros, a pesar de la crisis y del mal momento que estamos teniendo, no se da de baja, aunque pueda extrañar. A lo mejor algunos lo hacen momentáneamente y luego lo retoman. Tenemos socios muy fieles, es una suerte. En general, no solo pasa en Unicef, la gente dice: “¿cómo voy a dejar de ayudar en este momento en el que todo el mundo lo está pasando mal?”.
El último festival que organizaron fue por el tifón de Filipinas, pero ya hicieron otros por distintas emergencias en Haití o por Pakistán. ¿Cómo les fue?
La gente de Vigo respondió aunque el momento no era el adecuado y fue precipitado y los artistas también. A nivel del Estado español la recaudación para Filipinas fue de casi siete millones de euros, y aunque quedan cosas por hacer hemos cerrado la fase de emergencia.
Los artistas siempre colaboran.
Enseguida, si les encaja en su programación hasta ahora nadie nos ha dicho nunca que no, tenemos muchos aliados. Lo que pasa es que necesitamos que la gente no responda solo en las emergencias, para nosotros es importante tener socios para los recursos regulares.
¿Unicef está en países del Tercer Mundo o también en Galicia?
Por supuesto, pero trabajamos de forma diferente. Estamos en 190 países, de los que 150 son receptores de nuestros fondos y los otros 40 son los que proveen de fondos, España es uno de ellos porque a pesar de la maña situación que podemos tener en este momento aquí no hace falta que nosotros vacunemos a los niños ni les demos escuelas. Sin embargo, hacemos hincapié en otras cosas importantes como la sensibilización con programas en los colegios para que los niños desde infantil hasta la ESO trabajan el tema del agua, la importancia que tienen en países que no existe, los derechos que tienen los niños, ellos y los que no están aquí. También hacemos un informe anual sobre la infancia en España y en Galicia firmamos un pacto por la infancia con todas las organizaciones políticas para que se comprometan y los niños no sufran las consecuencias de la crisis. Un país que no cuida a su infancia es un país que no tiene futuro.
¿Qué dice su último informe anual de la infancia en España?
El 21% de los niños en España están en riesgo de pobreza extrema. En Unicef nos gusta poner cifras para decir a los políticos cuál es la situación y que destinen recursos.
¿No mejoran las cosas en países con pocos recursos?
No todo es malo, vimos una evolución positiva. Cuando yo entré en Unicef cada día se morían 23.000 niños menores de 5 años por causas evitables, ahora son 18.000. Hemos conseguido cosas en el mundo, pero es curioso. Cuando pasó lo de las Torres Gemelas todos sabíamos que hacíamos ese día y murieron cerca de 3.000 personas, a partir de ahí cambiaron muchas cosas en el mundo y hasta se desencadenaron guerras, pero cada día mueren 18.000 niños por causas evitables como falta de saneamiento de alimentación o de vacunas y esto no nos conmueve. Tenemos que hacer algo, esta sociedad del siglo XXI no puede permitir esto.
Ahora están en Siria, ¿qué pasa con los niños en una guerra?
Es una de nuestras principales obsesiones. Creamos puntos donde los niños se puedan reunir y puedan estar porque han perdido a su familia, tratamos de localizar a sus parientes más cercanos para que no caigan en manos de mafias de tráfico de órganos o sexuales, también acogemos a madres lactantes. En muchos de esos países los niños no están registrados, intentamos convencer a los Gobiernos de que eso es importante.
¿Qué preocupa mas?
La supervivencia es lo que se lleva todavía la mayor parte de nuestro presupuesto. También la educación, nuestras escuelas tienen letrinas para que puedan ir también las niñas y es un punto de encuentro donde hay un pozo, se enseñan medidas de higiene y se vacuna.
¿Se cumplirán los Objetivos del Milenio sobre la infancia?
Estamos lejos, pero es importante tener objetivos y trabajar. Yo soy optimista, creo que la gente sobre todo los jóvenes están concienciándose mucho y no se van a tapar los ojos, ellos harán el cambio.
