El comisario Galán, al frente de varios casos en Vigo, critica investigaciones descuidadas
El comisario principal honorario que dirigiera importantes investigaciones no sólo en Vigo sino en todo el territorio nacional puso ayer sobre la mesa las graves carencias en este ámbito y aseguró sobre Déborah Fernández, la joven que apareció muerta y cuyo caso no ha sido aclarado, que al menos dos personas saben qué pasó. Durante la presentación en la ciudad del Instituto de Probática e Investigación Criminal, que actualmente dirige, criticó la existencia de “negligencias” y pasos “descuidados” por parte de quienes se enfrentan a los casos. Según dijo, “estoy convencido de que existe un déficit en formación y trabajo de los investigadores, y de que hemos dejado de tener buenos investigadores”. A su juicio, el sistema existente no acaba de funcionar porque además de esas carencias “tampoco hay la comunicación necesaria entre todas las partes implicadas. Agentes, jueces, fiscales, abogados... se juntan, pero nada más”.
Su experiencia de más de 40 años al frente de unidades tan importantes como la UDEV Central desde donde creó la unidad de homicidios y desapariciones inquietantes y su participación en multitud de operaciones le han dado la posibilidad de detectar estos problemas a los que quiere aportar parte de la solución a través de su instituto. “Se trata de dar la formación que ahora mismo no se está impartiendo porque el profesorado tiene muchos títulos pero poca calle y en la actualidad se desprecia la experiencia que es fundamental a la hora de la resolución de los casos”. El primer curso con el que quiere introducirse en Galicia es sobre desapariciones. “Es un ámbito de máxima preocupación porque por desgracia hay un buen número de desapariciones inquietantes por toda España, sin embargo era un tema que quería abordar aquí porque es donde yo he llevado más casos”, afirma. Ángel Galán dirigió la desaparición y muerte de Déborah Fernández, María José Arcos o Fernando Caldas. “Hay casos en los que no se pudo dar la respuesta que la familia deseaba aunque policialmente los consideramos resueltos”, afirma.
Así, respecto a la joven viguesa hallada muerta en una cuneta en 2002, afirmó que lo único que falló fue la legislación. “Si la Policía pudiera hablar con las personas ahora mismo sabríamos dónde está Marta del Castillo y qué le pasó a Déborah. Lo que no puede ser es que una persona pueda negarse a contestar y no pase nada”, afirma. “Estoy convencido de que de las personas que interrogué al menos un par saben cómo murió”.n
