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Cámaras y cierre de seguridad blindan las iglesias de robos

En la fachada de la iglesia de Santiago de Vigo se advierte de que hay cámaras de seguridad.
photo_camera En la fachada de la iglesia de Santiago de Vigo se advierte de que hay cámaras de seguridad.

La Diócesis de Tui-Vigo dio órdenes a las parroquias de la ciudad y las villas para que instalen alarmas y otras medidas para evitar más asaltos tras sufrir una oleada

 Las principales iglesias de la Diócesis de Tui-Vigo se han blindado con cámaras de seguridad y vigilancia 24 horas, y el resto de templos, prácticamente todos los de la ciudad y las principales villas de la provincia eclesiástica, han instalado alarmas conectadas de forma  permanente con la Policía o seguridad privada, una decisión tomada hace más de dos años y que se ha completado. 
Destaca, por ejemplo por su importancia como uno de los mayores y más céntricos templos, el caso de Santiago de Vigo, que dispone de un sistema avanzado de control para evitar que se repitan los robos habidos en el pasado, así como puertas de seguridad y otros refuerzos,lo que supone una factura entre 30 y 50 euros al mes que añadir a los gastos. 
Así lo explicó el portavoz de la Diócesis, que reconoció que se trataba de una medida acordada tras una ola de hurtos que padecieron en el pasado, en la mayor parte de los casos dinero de las limosnas para Caritas. Y que gracias a las medidas de seguridad parece que ha terminado aunque reconoce que ha habido casos recientes en que ni siquiera el aviso de alarmas ha logrado evitar la entrada de los ladrones. 
Más problemática es la vigilancia en las capillas de parroquias del rural, a menudo abiertas sólo unas horas y sin vecinos en el entorno, aunque en este caso lo que se hace es reducir al máximo la presencia de objetos de valor, además de cambiar puertas y cerraduras. 

AL MUSEO
En general, se trata de acciones suficientes para disuadir a los ladrones. No obstante resulta llamativa la decisión de trasladar al Museo Diocesano objetos de mayor valor, susceptibles de ser robados, entre ellos imágenes que pudieran contar con piedras preciosas o con oro y que a veces se llevaban a casas particulares, feligreses de confianza, a menudo de edad avanzada que al aceptar el encargo se convertían también en polos de atracción para los ladrones. 
Según indicaron fuentes del Obispado, dicha decisión se tomó para evitar problemas y sustracciones de piezas. 
Así, ahora las imágenes “en peligro” se guardan a buen recaudo en dependencias de la Iglesia y sólo salen a la calle cuando hay una fiesta o una conmemoración, regresando al mismo espacio una vez cumplida su misión.
La decisión del Obispado de Tui-Vigo es idéntica a la tomada por otras diócesis, como la vecina de Ourense, donde a lo largo de este año se sucedieron 10 robos en otros tantos templos, lo que obligó a colocar vídeovigilancia y extremar las medidas. 

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