Sociedad

Los medios de comunicación, el enemigo número uno de Trump

El presidente de EEUU Donald Trump durante una reunión de su gabinete en la Casa Blanca.
photo_camera El presidente de EEUU Donald Trump durante una reunión de su gabinete en la Casa Blanca.

El presidente continúa con su particular "cruzada contra todos" y ve aumentar su popularidad

La prensa, el Congreso, sus propios colegas republicanos, antiguos asesores de su equipo, estrellas de la NBA, históricos aliados internacionales y, por supuesto, la oposición demócrata. El estilo político de Donald Trump es sencillo: "o conmigo, con fidelidad absoluta, o contra mí".
En los últimos días, los medios de comunicación han continuado siendo uno de sus principales objetos de crítica, a los que califica de "enemigo del pueblo" o "el partido de la oposición", pero también ha tenido tiempo para arremeter contra su exasesora Omarosa Manigault, o el siempre socorrido envite a la Justicia por las investigaciones sobre la "trama rusa".
Esa es la pauta que el presidente de Estados Unidos ha seguido, sin interrupción, desde que decidió presentarse a las elecciones para llegar a la Casa Blanca allá por 2015, una táctica que lejos de irle mal, sigue alimentando sus niveles de popularidad entre el electorado republicano.
Es evidente que "Trump es un tipo diferente de presidente", apunta la profesora de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad de Fairfield (Conneticut) Gayle Alberda.
"Lo que le parece funcionar es su capacidad de unir a sus seguidores alrededor de la idea de que ciertos grupos o personas están en su contra, ya sea la prensa, los demócratas, los republicanos o las naciones extranjeras", considera Alberda.

agita pasiones
Es por eso que el multimillonario no deja de buscar enemigos sobre los que agitar las pasiones, pero, a la vez, en opinión de los expertos, está poniendo en jaque ciertos principios fundamentales de la democracia del país. "Una pieza clave de la construcción de la democracia estadounidense es la capacidad de intercambiar ideas y participar en el discurso cívico", señala la profesora.
"Cuando Trump dice que un grupo es el enemigo o dice que un grupo está en su contra -agrega Alberda-, dificulta la posibilidad de llevarlos a la mesa y tener un diálogo productivo".
Además de la prensa, como "cuarto poder" e institución de control en toda democracia, el magnate también pone en duda la independencia y el buen hacer judicial, especialmente cuando tiene que ver con las pesquisas sobre la injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016 y la posible coordinación de su campaña con el Kremlin a tal efecto.
"La Justicia no es justa (para Trump) si no es exactamente lo que él quiere", subraya Brett Bruen, exdiplomático estadounidense, quien también advierte del impacto que puede tener el patrón de comportamiento del mandatario a nivel global. Como ejemplo, el juez del caso contra exjefe de la campaña de Trump, que dice haber recibido amenazas.

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