Una familia que huyó de la Inquisición y el capitán

El capitán Barros, cuya memoria y recuerdos se guardan en el museo de la sinagoga.
photo_camera El capitán Barros, cuya memoria y recuerdos se guardan en el museo de la sinagoga.

La comunidad judía portuenses cumplió 90 años en 2013, por lo que se acerca al centenario, que quiere celebrar a los grande, siempre pivotando en torno al recuerdo del fundador, el capitán Barros, quien ocupa buena parte del museo de la sinagoga, que es visitable durante todo el año, como el resto del templo. Como curiosidad, se muestran además de fotos y cartas, sus insignias, todas ellas con cruces al mérito, lo que no deja de resulta llamativo en un judío de ferviente fe. De hecho, se convirtió, porque aunque su padre era hebreo su madre no, que es lo que cuenta. En el interior también destaca una silla para la ceremonia de la circuncisión de los niños, a los siete días de naer y que hace unos años todavía fue utilizada. La llaman "la silla del dolor", no sin razón, si bien sólo sufren los adultos que se atreven a pasar por dicha ceremonia. Otro espacio es para Laura Kadoorie, la esposa del filántropo judío de origen iraquí Elly Kadoorie, quien financió la construcción: a su muerte, sus hijos Lorenzo y Horacio decidieron rendir homenaje a su madre, descendiente de Judios sefarditas huidos de la Inquisición con  el apoyo monetario. Por eso se llama Kadoorie-Mekor Haim". "Kadoorie" en honor de esa familia y "Mekor Haim." por el nombre que el capitán Barros Basto había dado previamente. n

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