A través de videoconferencia, los científicos les relataron su día a día y los proyectos que realizan
n n n Cerca de un centenar de escolares del compostelano Instituto de Enseñanza Secundaria (IES) Rosalía de Castro mantuvieron ayer un encuentro mediante videoconferencia con los residentes en la base española en la Antártida Gabriel de Castilla, donde los militares prestan ayuda a diversos proyectos científicos internacionales.
La conversación, propiciada por Abanca, estuvo guiada por el periodista Valentín Carrera, autor de un blog en el que cuenta el día a día de la base, también patrocinado por la entidad bancaria, y que fue el protagonista de una emotiva escena nada más comenzar el evento al encontrarse al otro lado de la pantalla con su hija, que cursa sus estudios en el ya citado institutocompostelano.
Junto a Carrera intervinieron otros miembros de la base, desde biólogos a vulcanólogos, e incluso el comandante que dirige el campamento, Daniel Vélez, que ofreció a los presentes un relatorio de la actividad cotidiana en este recóndito lugar, ubicado en la Isla Decepción, que forma parte de un archipiélago en el brazo occidental de la Antártida, situado a unos 1.000 kilómetros del continente sudamericano.
A una distancia de 13.000 kilómetros de España, los habitantes de la base Gabriel de Castilla coordinan las labores de mantenimiento de esta base, que debe ser especialmente cuidadosa con el medio ambiente local, con proyectos de investigación relacionados con la singular fauna y flora que allí habita, con la actividad volcánica de la zona o con el impacto que tiene el cambio climático en el casquete polar.
isla decepción
Isla Decepción, donde se encuentra la base, se erige sobre el cráter de un volcán activo, que, en palabras del comandante Vélez, es "uno de los más importantes" de toda la Antártida y da a la isla su característica forma de herradura, lo que ayuda a alejar de las inclemencias climáticas a los resguardados en su cara interior.
Un clima extremo y cambiante, resumió el líder militar, que, sin embargo, no dudó en calificar como un "caramelito" el destino en el que se encuentra actualmente, alejado de conflictos bélicos como los que se desarrollan en Iraq o Mali, y al que llegó después de ser elegido para una de las 13 plazas a repartir entre 235 aspirantes.
Actualmente, desde la base Gabriel de Castilla, además de desarrollar varios proyectos científicos, sus residentes llevan a cabo otras tareas, entre ellas numerosas charlas con los centros educativos similares a la de ayer, e institutos científicos, e incluso programas de divulgación para los más pequeños como "Apadrina un pingüino", a través del cual reciben también recursos para el estudio de estas aves tan características de las regiones polares.n
