Verfondern escribió un guión sobre cómo sobrevivir en la localidad ourensana a raíz de sus peleas con la otra familia
La investigación policial sobre el crimen que le costó la vida a Martin Verfondern arranca de cero, tal como confirmaba la portavoz de la Guardia Civil en Ourense, Sonia Salgado, tras la aparición del coche del vecino de Santoalla (Petín) y los restos óseos humanos esparcidos alrededor junto a objetos personales a los que se le prendió fuego. Este hallazgo permite a la Guardia Civil descartar la desaparición voluntaria o la muerte accidental como hipótesis que justificara la desaparición del holandés el 19 de enero de 2010 para cobrar fuerza la del asesinato.
Bajo esta premisa, la Policía Judicial de la Guardia Civil elaborará de nuevo un atestado completo sobre el que el juez de instrucción de O Barco trabajará de cara alfuturo para poder adoptar medidas para la obtención de pruebas incriminatorias -intervenciones telefónicas y seguimientos de sospechosos-.
Eso sí, tal como explica un juez de instrucción de Ourense, "la mera enemistad no vale por sí misma para adoptar medidas que pueden atentar a derechos fundamentales como el secreto de las comunicaciones".
Pero el principal punto de partida en este tipo de investigaciones criminales es la toma de declaración o interrogatorios de personas vinculadas al entorno de la víctima, entre los que estarán sus únicos vecinos en Santoalla -aquellos con los que Verfondern mantenía discrepancias por la gestión de los montes comunales-.
Para estos primeros pasos, según aseguran fuentes judiciales, no se precisa aguardar por el resultado de las pruebas de ADN que confirmarán o no que los huesos pertenecen a Martin Verfondern.
Este último mantuvo durante su convivencia en la pequeña aldea de Santoalla numeroso enfrentamientos con Manuel Rodríguez, al que llamaba "pequeño Sadam", y su familia (esposa y dos de sus hijos, uno de ellos con licencia de armas). De hecho, los insultos, amenazas y agresiones entre ambos bandos llegaron al juzgado e incluso a las redes sociales. Según comentan en Petín, alguno de esos episodios (vídeos-denuncia) fue grabado y divulgado por Verfondern en internet y llegó a escribir un guión que llevaba por título "Escuela para sobrevivir en Santa Eulalia".
Asimismo, para dirigir la investigación hacia una personas determinada juega en papel clave los restos incautados en la inspección ocular realizada en el lugar donde aparecieron los huesos y el vehículo todoterreno, en un paraje boscoso de A Veiga, As Touzas de Azoreira. Los restos del esqueleto hallado serán examinados por el antropólogo forense del Instituto de Medicina Legal de Ourense, Fernando Serrulla, para determinar la etiología de la muerte. n
