masacre terrorista en barcelona

"Estaba a solo 350 metros, de milagro no me pilló allí"

Varias ambulancias aguardan para recoger a los heridos durante el atentado.
photo_camera Varias ambulancias aguardan para recoger a los heridos durante el atentado.

Gallegos que viven en la ciudad condal relatan cómo vivieron los minutos posteriores a la tragedia

Algunos ourensanos presentes en las calles de Barcelona vivieron ayer en primera persona lo sucedido. Iago González Tabarés, de 31 años, un ingeniero que estaba pasando unos días de vacaciones en la ciudad condal, se vio sorprendido por el revuelo causado por el ataque terrorista mientras paseaba por el parque Güell. "Se vació la ciudad casi de golpe. Estábamos en el parque y la gente pasó en solo cinco minutos de estar paseando a estar mirando el móvil, hasta que vino la policía a echarnos de allí, porque lo cerraron". Una vez desalojado, emprendió el regreso al apartamento que había alquilado. "Me marché en dirección hacia el centro y no se veía a nadie por la calle. Lo que me sorprendió es que había cientos de taxis de un lado para otro llevando a gente porque las líneas de autobús estaban cortadas. El ambiente era tenso y la gente se dirigía hacia casa. Se veía a muchos turistas en los supermercados comprando comida para no tener que salir a cenar y la poca gente que me he encontrado en la calle iba mirando el móvil para seguir las noticias", relataba Iago. 
Alba Salgado, de 27 años, y residente en Barcelona desde hace cinco, aseguraba estar "en shock" una vez en casa. "Estaba chegando á casa e tiven moita sorte porque ía baixar coa miña irmá á Plaza Cataluña e demos media volta porque decidimos seguir coas compras outro día", aseguraba. "Cheguei á casa e empezáronme a chamar. A unha amiga que traballa ao lado das Ramblas desaloxárona da tenda e encerrouse no bar do lado con outra xente. Chamoume asustada. Por sorte, eu volvinme á casa", dijo. 
Otro ourensano residente en Barcelona, que prefiere preservar su identidad, relató su vivencia: "Estaba en la tienda de Apple, a escasos 350 metros de donde ocurrió el suceso. Fui consciente de lo que estaba pasando cuando vi pasar coches a toda velocidad y furgones policiales. De milagro no me pilló paseando por esa zona. La gente empezó a entrar al interior de la tienda, huyendo, entró muchísima gente para intentar refugiarse. Estuvimos allí encerrados un buen rato y luego nos evacuaron a la zona de Gran Vía donde estuvimos varias horas sin poder movernos. No nos dejaban salir de allí y no había metro, ni taxis ni autobuses, solamente pasaban policías y helicópteros".  Tras varias horas parados, asegura que "se vivió un nuevo momento de pánico y la  gente empezó a correr y yo salí en dirección Plaza España, donde me recogió mi pareja". 

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