VIGO

Artes e Oficios juega con el espectador y lo inesperado

Alba Pardo, profesora de Serigrafía, y Marian Núñez, de encaje de bolillos, comisarían la muestra.
photo_camera Alba Pardo, profesora de Serigrafía, y Marian Núñez, de encaje de bolillos, comisarían la muestra.

“Novos Productos” es la exposición, inaugurada ayer en la sala E-Mao, con propuestas divertidas y diseños imposibles

El arte no está reñido con el sentido del humor y así lo demostraron alumnos y profesores de Artes e Oficios en la exposición de final de curso “Novos productos”, que se inauguró ayer en E-Mao.
Comisariada por Alba Pardo y Marian Núñez, recoge las propuesta de cada una de las trece especialidades formativas del centro a través de 25 piezas. “No es una muestra de fin de curso al uso, aquí durante todo el año se estuvo trabajando alrededor de un concepto que se desarrolló hasta crear estas obras”, señaló Pardo. La comisaria aclara que en “Novos productos” se invitaba a jugar con el equívoco, la sorpresa, la ironía, pero sobre todo con la experimentación. El resultado es una fantástica combinación de imaginación, creatividad y oficio. Estéticamente destaca un traje de noche en tonos rojizos. Está realizado con sábanas hipolergénicas del hospital teñidas con betadine. La reivindicación está presente en el trabajo del taller de escultura y su “Wertvertidos”, recreando un chorro de aguas residuales con libros. Entre los más cómicos, se encuentra la playa de encaje de bolillos, donde la sombrilla en lugar de proteger, tatúa motivos decorativos. Pero también sorprende el servicio “Coma si puede”, con cuberterías y vajillas de formas imposibles. La serigrafía comestible de chocolate sobre oblea o las figuras en forma de flan acompañadas por servilletas dulces juegan con la apariencia. La especialidad de luthería  apostó por la reproducción de una viola de 1630 con técnica y materiales nuevos. En cuanto a la clase de zanfona, materializó la música a través de un trivial, donde las fichas son distintos modelos de instrumento. Y así llenan los dos pisos de las salas con propuestas que arrancan una sonrisa al espectador.
Se puede visitar en julio y a la vuelta del verano, en septiembre.n

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