La cúpula del grupo ya tiene la propuesta de ajuste de Balaídos que examinará en diciembre
PSA Peugeot-Citroën ya tiene en sus manos el plan de ajuste de Vigo para optar a la nueva generación de furgonetas. El centro de Balaídos no perdió ni un segundo y el lunes -el mismo día en que el comité de empresa (con el único voto a favor del SIT) dio el visto bueno al documento- lo envió a París. Allí será donde la cúpula de la multinacional lo examine a través de su comité ejecutivo y hará lo propio con la propuesta de la planta eslovaca de Trnava ya que esta factoría también ha tenido que replantear su propuesta, tal y como pudo saber este diario.
Las cartas ya están sobre la mesa y el grupo tiene previsto pasar examen a ambas factorías en la primera quincena de diciembre para ver si cumplen los criterios de rentabilidad óptimos para fabricar los vehículos. La idea es que la adjudicación sea inmediata; es decir, que una vez se evalúen las propuestas se elija cuál de las dos plantas fabricará el nuevo vehículo para que el proceso no se demore en el tiempo.
La propuesta de PSA Vigo incluye una rebaja salarial, recortes en materia logística, una reducción de costes de industrialización y de inversiones. Los ajustes en la plantilla se cerraron esta misma semana tras varios días de negociación con los sindicatos y, finalmente, sólo el SIT, que es el mayoritario, lo apoyó. Supone una bajada de un 5% del salario para la plantilla actual y para las futuras contrataciones, la supresión del complemento de presencia y la reducción del 25% del de fin de semana, cabinas y lacas, entre otras medidas que sólo se aplicarán si la furgoneta se adjudica a Vigo. En caso contrario no se pondrían en marcha, si bien no conseguir el vehículo supondría reducir a la mitad la producción en la planta, con la consiguiente bajada de empleo y la supresión de una línea de producción como se hizo en casi todos los centros del grupo.
