José Luis Sáez Ocejo (Santander, 1961) es profesor del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Vigo y doctor en Ciencias Económicas y Empresariales.
Acaba de publicar “Antología del disparate contable” que recoge más de 300 preguntas relacionadas con el Plan General de Contabilidad con solucionario y un compendio de los disparates contestados por los alumnos en exámenes.
¿Cómo se le ocurre aunar en un libro la teoría más seria y los disparates de los exámenes?
Cuando tenía 17 años leí “Antología del disparate” de Luis Díez Jiménez con las meteduras de pata de los exámenes y fue una catarsis. Cuando ya era profesor la idea estaba ahí un poco aparcada y una vez que tuve algo de tiempo lo saqué adelante. Pero no es para ridiculizar al alumno, que es lo mejor de la universidad, la esencia. El objetivo es aprender de los errores. Me siento orgulloso de ellos porque mis alumnos son como hijos míos.
¿Qué disparates de sus alumnos le han llamado más la atención?
Es que yo en clase utilizo ejemplos limítrofes para que capten la idea y muchas veces se quedan con eso, por ejemplo pregunto si un elemento de transporte sin ser de la empresa puede considerarse un activo. Y te dicen es un leasing como Santa Teresa de Jesús, vivo sin vivir en mí. O las típicas respuestas MacGyver, que valen para todo.
¿Tienen más imaginación ahora o cuando empezó le hacían más gracia estas respuestas disparatadas?
Veo más errores en los últimos tiempos. El nivel de esfuerzo ha bajado mucho.
¿Los alumnos llegan a la universidad peor preparados que hace unos años?
En algunas cosas llegan con más habilidades pero creo que les falta la cultura del esfuerzo. Es típico el perfil del alumno que te dice yo en el instituto con lo de clase me llegaba y el primer año en la universidad se descolocan.
¿A quién va dirigido este libro?
Es para alguien que esté interesado en la contabilidad. También para los alumnos porque tienen modelos de preguntas de examen, también vale para profesores. La contabilidad es la mala de la película en nuestro entorno, porque hay que estudiar, razonar y entender y no todo el mundo está dispuesto. Somos los malos de la película pero es una asignatura que hay que desmitificar.
Dando una de las huesos de la carrera ¿cómo cree que le ven sus alumnos?
Como veía yo a mis profesores, pero sólo te das cuenta de lo mucho y lo bien que hicieron por tí cuando acabas la carrera. Al profesor más duro es a quien más le agradeces porque sacó lo mejor de ti. Yo intento ser justo. Pero la propia asignatura es compleja. Yo también suspendí alguna asignatura de contabilidad en la carrera y ahora soy doctor. Pero en las evaluaciones me valoran notablemente, lo cual dice que no lo estoy haciendo mal, aunque todo se puede hacer mejor. Hoy la docencia no se valora tanto, se valora más la investigación.
Así que es docente por vocación.
Me gusta dar clase.
¿Algún profesor le inspiró?
Todos pero uno en particular, Carlos Mantilla, el que fue diputado del PP. Me las hizo pasar canutas pero le estoy muy agradecido. Bueno, a él y más y los nombro en el libro. Pero de Mantilla a veces utilizo sus metodologías en clase. n
