La planta automovilística estará cerrada toda la semana para ajustarse a la caída de la demanda. La factoría echará mano del ERE, igual que muchos de sus proveedores
Parón en la automoción viguesa. Las empresas de componentes se verán obligadas a parar parte de su producción arrastradas por la planta viguesa de PSA Peugeot-Citroën, que estará cerrada toda la semana. Esta medida se encuadra dentro de los planes del grupo francés y es de aplicación en todas las factorías que tiene en Europa para ajustarse a la caída de la demanda y reducir stocks de cara al cierre del año.
La inactividad en PSA Vigo le obliga a echar mano del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que tiene en vigor y muchas de las empresas auxiliares que trabajan para sus vehículos -como es el caso de Gestamp, Copo, Viza, Faurecia, Antolín, GKN o Trèves- se verán afectadas.
Esta parada de una semana -que ya se realizó en 2012 y 2013- coincide en un momento clave para la factoría de Balaídos ya que se encuentra en plena fase de producción de vehículos nuevos con los sedanes C-Elysée y 301 y la versión renovada de los monovolúmenes C4 Picasso, así como las furgonetas eléctricas Berlingo y Partner.
La fábrica retomará la producción el próximo lunes 3 de noviembre y ese día dirección y sindicatos volverán a sentarse para negociar los recortes que quiere aplicar la empresa. La propuesta inicial recorta una media de 3.000 euros anuales de media por trabajador con una reducción del 5% del salario bruto al año, congelación salarial y rebaja del 50% de las pagas extra, entre otras medidas. Los sindicatos lo rechazaron y se niegan a negociar mientras no se minimice el impacto en los salarios de los empleados. La empresa se comprometió a presentar otra propuesta, pero advierte que será sobre la misma base.
En la industria auxiliar temen el efecto contagio ya que PSA también ordenó reducir costes en los proveedores para mejorar los niveles de rentabilidad y conseguir el nuevo vehículo que va adjudicar.
PSA Vigo prevé cerrar el año con unos 380.000 vehículos frente a los 406.000 que ensambló el año pasado y, con toda probabilidad, perderá el liderazgo de producción en España en favor de la fábrica de Seat en Barcelona.
