Koala Internacional tiene alrededor de 20 patentes en desarrollo de sacacorchos y todo tipo de accesorios para el vino y vende sus diseños en 25 países de todo el mundo. Nuestro objetivo es tener pocos productos, pero buenos, afirma el gerente de la empresa, Francisco Barbera.
Y es que una empresa que trabaje con 1.000 ó 2.000 diseños no los puede controlar, es imposible. El responsable de la firma considera que la mejor forma de que destacar en el mercado es diferenciarse de todo lo que viene de China o de Estados Unidos. Y para diferenciarse, hay que innovar.
Koala, con sede el el polígono de A Granxa, ha dado con la clave: diseños muy particulares, diferentes y con patentes que los protegen de las copias. Un ejemplo de este espíritu innovador es la nueva cubitera plegable desarrollada por Koala. Se trata de un producto funcional, cómodo y económico que está siendo muy bien recibido en las primeras presentaciones que está llevando a cabo la empresa entre las bodegas gallegas. A principios de marzo estará en las tiendas.
Barbera considera que además de innovar en productos, se trata de analizar el mercado y detectar los fallos que tienen las empresas a nivel de lanzamiento de productos. Es así cuando, posteriormente, la empresa mejora esos lanzamientos, añade su plus. Según el gerente, de la especialización salen las ideas. Recoge gotas, tapones, bombas de vacío, mangas enfriadoras, diferenciadores de copas, delantales o incluso toallitas especiales para limpiar manchas de vino. La oferta de Koala es completa, y única: colores vivos, diseños originales y actuales forman parte de su identidad de marca.
Francisco Barbera explica que un sacacorchos, u otro accesorio de su catálogo, tiene un plazo de desarrollo de 6 meses a un año. El factor tiempo es importante, forma parte de nuestra filosofía de diferenciación, insiste. Todo el proceso de innovación y diseño tiene lugar en Porriño, sede de la empresa. Sin embargo, para desarrollar los productos, Koala cuenta con una red de ingenieros industriales colaboradores, principalmente vascos y catalanes. En breve comenzarán a trabajar con diseñadores griegos e israelitas. Ojalá tuviéramos diseñadores industriales gallegos, pero no es fácil pero desgraciadamente hay más oportunidades fuera, lamenta.
El producto final sale de la sede central de la empresa, en el polígono de A Granxa. Lo más difícil es la idea, dibujarla ya es otra cosa, asegura el gerente. La fabricación se distribuye entre fábricas colaboradoras en España, Inglaterra, Portugal y países asiáticos. Barbera considera que el diseño no garantiza únicamente la calidad del producto, por eso apostamos por una buena fabricación y visitamos periódicamente las plantas con las que trabajamos.
Antes de ponerse a la venta en el mercado, un sacacorchos de Koala pasa por cerca de 100 pruebas diferentes: laboratorio, pruebas de durabilidad, testeos con camareros, etc. Y es que, además del consumo doméstico, los productos de Koala están enfocados al sector de la hostelería y la restauración. Tampoco dejan de lado el ámbito del regalo corporativo, dando la opción al cliente de personalizar productos.
Koala, con sede el el polígono de A Granxa, ha dado con la clave: diseños muy particulares, diferentes y con patentes que los protegen de las copias. Un ejemplo de este espíritu innovador es la nueva cubitera plegable desarrollada por Koala. Se trata de un producto funcional, cómodo y económico que está siendo muy bien recibido en las primeras presentaciones que está llevando a cabo la empresa entre las bodegas gallegas. A principios de marzo estará en las tiendas.
Barbera considera que además de innovar en productos, se trata de analizar el mercado y detectar los fallos que tienen las empresas a nivel de lanzamiento de productos. Es así cuando, posteriormente, la empresa mejora esos lanzamientos, añade su plus. Según el gerente, de la especialización salen las ideas. Recoge gotas, tapones, bombas de vacío, mangas enfriadoras, diferenciadores de copas, delantales o incluso toallitas especiales para limpiar manchas de vino. La oferta de Koala es completa, y única: colores vivos, diseños originales y actuales forman parte de su identidad de marca.
Francisco Barbera explica que un sacacorchos, u otro accesorio de su catálogo, tiene un plazo de desarrollo de 6 meses a un año. El factor tiempo es importante, forma parte de nuestra filosofía de diferenciación, insiste. Todo el proceso de innovación y diseño tiene lugar en Porriño, sede de la empresa. Sin embargo, para desarrollar los productos, Koala cuenta con una red de ingenieros industriales colaboradores, principalmente vascos y catalanes. En breve comenzarán a trabajar con diseñadores griegos e israelitas. Ojalá tuviéramos diseñadores industriales gallegos, pero no es fácil pero desgraciadamente hay más oportunidades fuera, lamenta.
El producto final sale de la sede central de la empresa, en el polígono de A Granxa. Lo más difícil es la idea, dibujarla ya es otra cosa, asegura el gerente. La fabricación se distribuye entre fábricas colaboradoras en España, Inglaterra, Portugal y países asiáticos. Barbera considera que el diseño no garantiza únicamente la calidad del producto, por eso apostamos por una buena fabricación y visitamos periódicamente las plantas con las que trabajamos.
Antes de ponerse a la venta en el mercado, un sacacorchos de Koala pasa por cerca de 100 pruebas diferentes: laboratorio, pruebas de durabilidad, testeos con camareros, etc. Y es que, además del consumo doméstico, los productos de Koala están enfocados al sector de la hostelería y la restauración. Tampoco dejan de lado el ámbito del regalo corporativo, dando la opción al cliente de personalizar productos.
