Pastor antes que fraile

Alireza Beiranvand, durante el partido ante Marruecos.
photo_camera Alireza Beiranvand, durante el partido ante Marruecos.

Beiranvand, meta de la selección iraní, fue pastor, pizzero o lavacoches en su ardua vida 

Benjamín de una familia de pastores nómadas de la región septentrional del Lorestán, Alireza Beiranvand tuvo que trabajar de pastor, pizzero o lavacoches, y huir de casa y dormir en la calle antes de conquistar la portería de la selección nacional de Irán. Una odisea vital, salteada de decenas de noches a la intemperie en la fría y desapacible Teherán, alejado de su familia, que ha forjado su carácter solidario y decidido, dos cualidades que combina con la agilidad y la extrema concentración, y que le han convertido en uno de los mejores guardametas de Asia.
Héroe en la victoria de su equipo sobre Marruecos en el partido inaugural del grupo, a la que contribuyó con dos meritorias intervenciones, una de ellas felina avanzada la segunda parte, ahora espera a España convencido de conservará la imbatibilidad en esta su primera Copa del Mundo.
Con sólo dos goles encajados en los trece partidos de la fase de clasificación, Beiranvand espera con impaciencia el encuentro del miércoles frente a España en Kazán, con toda probabilidad el más importante de su carrera. "Todo el mundo sabe que España es uno de los más grandes equipos de la historia del fútbol y lo que podemos garantizar es que no se lo vamos a poner nada fácil", señala.n

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