JUAN BAUTISTA PÉREZ. Bronce vigués en el Mundial paralímpico

"La enfermedad me hizo obtener más éxitos"

Juan Bautista Pérez
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Juan Bautista Pérez (Cistierna, 1969) logró el pasado sábado en Eslovenia el bronce en el Mundial de tenis de mesa en su categoría paralímpica clase 9. Una presea que lo acerca a los Juegos de Tokio tras la plata por equipos de Río. Un logro para el jugador que vivió desde el año de edad hasta pasados los 20 en Vigo. 

Tercera posición, supongo que está muy contento
La verdad es que sí. Es un Mundial y cualquiera en su deporte sueña con llevarse una medalla de este tipo en su deporte. Hasta ahora había quedado cuarto en los Juegos Paralímpicos de Río y una plata por equipos. Ser tercero significa muchas cosas. Además, esto conlleva un empujón en el camino hacia Tokio. 

¿Cómo es la clasificación?
Son buenos puntos para el ránking y es un plus de confianza. Ahora voy a salir en la tercera posición y con un buen colchón de puntos. Para acudir a Japón entran los cinco primeros por ránking y, para no hacerlo, tenía que ser 2019 un mal año. Espero que no, ahora no puedo despistarme y seguir. Estoy en una buena posición, pero la clasificación no se cierra hasta marzo de 2020. Además de estos cinco, entran los campeones continentales y también hay invitaciones, pero estar en las primeras posiciones hará todo más fácil. 

¿Cómo es su día a día?
El día a día es entregado al deporte. Aparte de eso, soy padre de cuatro hijos y, por lo tanto, acerco los niños al colegio y empieza la preparación. Hago una sesión por la mañana y, después, otra por la tarde con preparación física y juego. Los fines de semana son de competición en ligas nacionales y todo el mundo sabe que en el deporte un mal día puede estropear todo el trabajo. Un mal partido en un clasificatorio o en un Mundial hace que parezca inútil todo el trabajo. Por lo tanto, obtener una medalla así significa que todo merezca la pena. 

¿Puede ser profesional?
Sí, me dedico a esto porque también llevo una escuela con treinta niños. Me dedico a entrenar yo, a enseñarle a ellos y a realizar los torneos y competir. Si no lo haces así, es muy complicado poder estar a un nivel alto como en el que estoy ahora.
¿Cómo llega a esta situación?
Siempre jugué a tenis de mesa. Estuve en liga nacional y en la selección absoluta con 16 años cuando después me pasó la enfermedad con 17 y me dejó esta cojera. Seguí jugando en las distintas ligas de España y en 2013 cerró la empresa en la que estaba. Me vi en la obligación de decidir lo que hacer en el futuro y opté por el tenis de mesa, que es lo que mejor hago. Hablé con la Federación Española y le propuse estar en el equipo paralímpico. Me acogieron con los brazos abiertos y pude clasificarme para Río, donde obtuve una medalla de plata por equipos y la cuarta posición individual. Es el camino que tomé y soy afortunado porque trabajo en lo que me gusta. No todo el mundo lo puede decir.
Tenía 18 años y sufre, de pronto, una enfermedad desconocida que trunca su carrera
Sí, me cortó la carrera deportiva. O, al menos, eso parecía. Todo indicaba que me iba a apartar del tenis de mesa, pero creo que fue lo contrario. Con los años, se ha visto que fue el motivo por el que volví y creo que he conseguido mayores éxitos por ello. Siempre lo digo, cuando miro atrás y me preguntan: ¿Volverías a la India sabiendo que ibas a contraer la enfermedad? Digo que sí porque después de eso soy feliz y no lo cambiaría. Me hizo madurar rápido porque tenía 18 años, a un nivel casi profesional y estaba fuerte. Pasé de entrenar cuatro horas diarias para estar ahí arriba a hacer siete para poder caminar. Era diferente. Creo que me hizo más fuerte y es algo que me hace competir con 49 años con chavales de 20, que es lo que algo ahora. 

¿Pasó de Vigo a Extremadura? 
Después de la enfermedad volví a competir y estaba en lo alto del ránking de nuevo. Había el equipo de aquí, de Badajoz, que me hizo una propuesta. Vine por una temporada, fueron más y conocí a la que ahora es mi mujer. Quedé aquí y tengo cuatro hijos. Estoy muy contento de estar aquí y me gusta. Nunca dejé de jugar y, a pesar de la discapacidad, sólo empecé en la categoría paralímpica hace seis años. Siempre me enfrenté con jugadores sin discapacidad. 

Eso sí, en verano viene por Vigo y entrena con el Vincios.
En vacaciones vuelvo siempre a Vigo y el año de Río tenía que seguir entrenando. Me abrieron el club y pude entrenar con ellos. La verdad es que me dieron todas las facilidades. En Galicia hay mucho nivel en tenis de mesa, especialmente en la zona de Vigo. Los jugadores jugaban contra mí, se adaptaron a los horarios y estuve como en casa. En cuanto puedo estoy por allí y también por Vigo. La verdad es que me encanta y tengo en la ciudad a todos los hermanos. Es una ciudad preciosa y no quiero dejar de ir. Soy medio gallego y medio extremeño. Adoro los dos lugares y la verdad es que son dos sitios muy buenos para vivir.

De la enfermedad a los 18 años a paralímpico a los 47

Juan Bautista Pérez es un jugador de tenis de mesa con una trayectoria de superación constante. A los 18 años acudió a la India para disputar el Mundial de tenis de mesa y sus piernas fallaron. Sufría el síndrome de Landry Guillain-Barré, que afecta a los nervios. Pasó de caminar hacia los mejores del mundo a tres años de terapia para volver a jugar. Lo hizo desde entonces con cojera y midiéndose a jugadores sin discapacidad hasta que en 2013 cerró su empresa. Pasó a la categoría paralímpica, obtuvo la plata por equipos en Río y camina hacia Tokio.

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