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"Parece que no nos quieren en Vigo"

El presidente y máximo accionista del Celta, Carlos Mouriño, ayer en la Facultad de Telecomunicaciones.
photo_camera El presidente y máximo accionista del Celta, Carlos Mouriño, ayer en la Facultad de Telecomunicaciones.

Carlos Mouriño afirma que cuando el Concello rechazó la universidad del deporte "se rompió toda la química"

El desencuentro entre el presidente del Celta, Carlos Mouriño, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, vivió ayer un nuevo capítulo. El dirigente celeste protagonizó una charla coloquio en la Facultad de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo en la que desmenuzó los proyectos rechazados por el primer edil. "Parece que no nos quieren en Vigo", sentenció el empresario vigués, que desveló que su relación con Caballero cambió definitivamente cuando el Concello frenó el proyecto de la universidad del deporte. "Ahí se rompió toda la química", dijo Mouriño. El alcalde, mientras, mantiene silencio. "Hoy no toca", se limitó a afirmar ayer cuando fue cuestionado por la polémica con el Celta.
"El otro día me llamaron gilipollas en el Club Financiero. Un hombre se levantó y me dijo: 'si no vendes el Celta, eres gilipollas'. Y puede ser que sea gilipollas, pero antes que gilipollas soy celtista. Si lo vendo, será porque no tengo el apoyo de nadie o casi nadie, porque no tengo el apoyo de las personas que me lo tienen que dar para hacer grande el Celta", expuso ayer Carlos Mouriño en la Facultad de Telecomunicaciones, nueva parada en su gira de conferencias, con apenas una treintena de personas como espectadores.
Las referencias a Abel Caballero son cada vez más evidentes. Mouriño evita pronunciar su nombre, pero cita sus frases. "Hemos presentado infinidad de proyectos, como la ciudad deportiva en Bembrive o en Valladares. Entonces se dijo una frase tan contundente como 'esto es imparable'. ¿Dónde está eso que era imparable?", se preguntó. "¿Qué pasó con el Trofeo Ciudad de Vigo? Ha desaparecido. Era el trofeo de la ciudad y gracias a él por aquí han pasado equipos muy importantes", agregó en referencia a un trofeo cuya organización era responsabilidad del Concello y cuya última edición se celebró en 2012, con Caballero como alcalde.
Mouriño desmenuzó los detalles de algunas de las propuestas que han sido tumbadas desde el Concello y que, además, han supuesto un gasto económico para el Celta. "En los proyectos para la ciudad deportiva en Bembrive, en Valladares o en los terrenos de Álvarez hemos gastado mucho dinero. El proyecto de Valladares lo hicimos de acuerdo con el Concello, pero con nuestros arquitectos, pagando un montón de dinero", dijo. "Primero hablamos de Bembrive y nos dijeron que no era posible. No sabemos por qué se tira Valladares, porque no nos dieron ninguna explicación, y entonces retomamos el tema de Bembrive. Encargamos un estudio que nos da la razón y dice que efectivamente es posible construir allí la ciudad deportiva. Vamos de nuevo al Concello, donde tenemos que ir, y nos dicen que vayamos a la Xunta. Nos reunimos con la Xunta y nos dicen que adelante, que si el Concello está de acuerdo por ellos no hay problema. Volvemos al Concello para comunicárselo... y hasta hoy", lamentó.
"Para el proyecto de los terrenos de Álvarez hablamos con uno de los tres dueños y nos acercamos en el precio. Es cierto que los otros dos nos podían haber dicho que no, pero fuimos al Concello a plantearlo. El plan general estaba vigente y allí se permitían 2.000 viviendas con algunos bajos comerciales. Para la ciudad deportiva  simplemente pedimos el mismo espacio comercial autorizado para las casas, nada nuevo, pero no se admitió", continuó Carlos Mouriño, que admitió –sin nombrarlo– que su error fue creer la palabra de Caballero. "Siempre confié en que las personas que nos prometían las cosas las iban a cumplir. Fue un grave error mío. Y digo mío porque prácticamente todo mi consejo me decía que saliera a hablar cada vez que nos negaban hacer algo. Fue un exceso de confianza por mi parte o quizás debilidad. Confié en ello y no queríamos polémicas", explicó el presidente del Celta. 
Pero su paciencia tenía un límite y el proyecto de la universidad del deporte fue la gota que colmó el vaso. "Al límite llegamos con la universidad del deporte. Nos abrió definitivamente los ojos. Teníamos un proyecto precioso con la universidad. Comprábamos el Colegio Hogar, manteníamos allí el espacio para que los Hermanos Salesianos continuasen con la formación profesional y hablamos con la universidad para impartir allí titulaciones deportivas. Además, íbamos a construir el campo para el Celta B, tener allí la residencia para los jugadores de la cantera y cedíamos el edificio al ayuntamiento. Simplemente nos quedábamos con una cesión para su uso y disfrute por 30 años. Sólo pedíamos construir un estacionamiento y, en el espacio que sobraba, un permiso comercial por si surgía algo. Ni siquiera era algo seguro porque por allí pasan sólo coches y no hay sitio para aparcar. Pero también nos dijeron que no. A partir de ahí, se rompió toda la química. No hay nada en Vigo que no esté bajo control y nosotros no queremos ese control. Parece que no nos quieren en Vigo", sentenció Mouriño.

La tienda y el bar de Balaídos aún no tienen licencia 

Los desencuentros entre el Celta y el Concello parecen no tener fin. Carlos Mouriño desveló ayer que el bar y la tienda oficial del club que estaban ubicados en los bajos de Balaídos todavía no han abierto porque no disponen de la licencia municipal. "La tienda y el bar que están debajo de Tribuna, que ya estaban funcionando ahí antes de la reforma, siguen cerrados porque no tenemos licencia para hacer lo que ya se hacía antes", explicó el dirigente celeste en su charla en la universidad. "Usamos Balaídos, pero no disponemos de Balaídos, aunque se haya dicho eso. Se nos han prohibido muchísimas cosas: actos, conciertos", agregó Carlos Mouriño en este sentido.

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