CARMEN AVENDAÑO Consejera del Celta

"Nuestro presidente es una persona muy demócrata"

Carmen Avendaño, consejera celeste, en la sede del club.
photo_camera Carmen Avendaño, consejera celeste, en la sede del club.

Sorprendió que hace casi nueve años, Carlos Mouriño incluyese en su consejo de administración a Carmen Avendaño (Vigo, 1945). La fundadora de la Fundación Érguete es, a día de hoy, la única mujer en dicha junta directiva.

¿Cómo llegó al Celta?
No sé cómo surgió. No sé quién le habló de mí al presidente. Sé que me llamó un día y yo me quedé sumamente sorprendida porque ni siquiera se me había pasado por la imaginación. Le dije que quería que se dinamizase el deporte con valores dentro de la juventud, que fuese una forma de educación. Porque el fútbol tiene ese problema. Cuando alguien destaca un poco, se hace la idea de que va a ser famoso, que va a vivir de él y desgraciadamente la mayoría de la gente no llega a eso. Ése era mi punto de vista y es el del club en este momento.

¿Cree que en algún momento hubo dudas de que su fichaje fuese un gesto estético del presidente?
Nunca le pregunté directamente "por qué me llamaste". Sin duda alguna, mi figura está asociada con el tema de la juventud y soy una persona públicamente conocida. Me imagino que buscaría eso. Y supongo que también tenía mucho interés en que las mujeres participásemos. De hecho, en el consejo había tres. Lo que pasa es que una tenía clínica en Santiago y tenía que ir y venir y Gabriela también puso su propio bufete y se marchó. La que resisto soy yo.

¿Su labor en el consejo se centra en el tema de las escuelas?
No hago demasiadas cosas. Doy ideas y también soy un poco relaciones públicas, porque soy una persona conocida. Curiosamente, en el resto de clubs me conocen mucho, me tienen en mucha estima, me dicen que hace falta mujeres así como yo… No me siento incómoda, sino a gusto.

¿Esa labor que quería hacer cuando entró se está realizando?
Se está llevando, desde mi punto de vista, muy bien, con mucho presupuesto a través de la Fundación. No tiene nada que ver cuando llegamos hace nueve años, que ibas a la Madroa y los niños andaban despendolados, no saludaban, no iban armónicamente vestidos… Hoy vas y encuentras chavales disciplinados. Fuera hay dos percepciones. Al principio, fue muy difícil porque Mouriño era una persona que no era muy conocida y después hubo mucho bombardeo por parte de los anteriores (gestores). Fue un tema difícil. Pero demostró que venía con amor hacia el Celta, que era algo que tenía desde niño, y la situación se fue reconvirtiendo. Hoy, la gente dice que si no llega a ser por esta junta directiva, sobre todo por el presidente, el Celta hubiese desaparecido. Y es verdad. Hoy somos un club completamente saneado y un punto de referencia para el resto de clubes. Y otro de los aspectos que nos envidian el resto de equipos es la cantera.

En el trabajo del consejo, ¿los consejeros tienen peso en las cuestiones deportivas?
Nuestro presidente es un hombre muy demócrata. Antes de posicionarse él, siempre escucha a todos y normalmente apoya a la mayoría cuando el tema está dividido. 

¿Temas deportivos también?
Sí, en todo. Siempre debatimos. Lo que pasa es que no son consejos demasiado formales. Muchas veces vamos a comer. A veces alguna cosa se filtra antes a la prensa y ahí nos posicionamos todos en contra. Pero en general sí estamos al tanto de lo que ocurre en el club en todos los aspectos: en el deportivo, en el de personal o en el económico.

¿Hace diez años se veía en un club de fútbol?
No. Me decía: madre mía, yo qué voy a hacer aquí. Pero yo me adapto muy bien a las situaciones y lo cogí con cariño. Sobre todo lo que más me animó fue que la situación era muy precaria y como soy un poco rompe techos… Tengo la sensación de que sí he contribuido con un granito de arena en que el club se salvara y se haya proyectado. Como ciudadana viguesa, siento que es un honor haber estado durante estos nueve años en el club y haber puesto ese granito. Valoro mi estancia en el club como la representación de la mujer viguesa.

¿Tiene fecha de marcha?
Cuando el presidente crea que mi presencia no es necesaria.n

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