En un mal día en rendimiento colectivo, el ocupante del puesto más individualista del equipo dio la talla
En un día gris en el trabajo colectivo, el ocupante del puesto más individualista de un equipo, el portero, sí estuvo a la altura. El guardameta de Catoira volvió a formar en el once y, en la primera parte, logró mantener dentro del partido a un equipo vigués que se descomponía. Sus intervenciones frenaron el mucho mejor juego del Betis y permitió que la opción de puntuar siempre estuviese viva. Además, tuvo que participar mucho en el juego combinativo con el pie, ante las dificultades que encontraban los centrales para sacar el balón, y lo hizo con acierto, salvo un leve pecado casi al final.
La lesión de Rubén Blanco hace que Sergio sea inamovible. En los últimos tiempos ha pasado por leves problemas físicos pero Berizzo aseguró en la previa del duelo de ayer que ya estaban superados. Con todo, el canterano está manteniendo un rendimiento global más que correcto y ayer, ante el desbarajuste general del equipo, ejerció de ancla. Y ya supera a Cavallero en número de partidos con el Celta.
