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Al final mejor que al principio

Luis Enrique Martínez dirigió al Celta en la primera parte del año, antes de fichar por el Barcelona y dejar su sitio en el banquillo a Eduardo Berizzo.
photo_camera Luis Enrique Martínez dirigió al Celta en la primera parte del año, antes de fichar por el Barcelona y dejar su sitio en el banquillo a Eduardo Berizzo.

El Celta acaba octavo y con siete puntos sobre el descenso un año que empezó décimo quinto y a un punto del pozo

El Celta concluirá el año en la octava posición de la tabla, a diez puntos de las posiciones europeas y con siete de margen sobre el descenso, una vez disputados todos los partidos de la décimo sexta jornada a excepción del Real Madrid-Sevilla, aplazado por el Mundial de Clubes y que se jugará el 4 de febrero. 2014 acaba de una manera agridulce. Los pupilos de Eduardo Berizzo se han ido de vacaciones con un mal sabor de boca por la racha de seis partidos sin ganar ni marcar en Liga –los cinco últimos perdidos–, pero conscientes de que su situación clasificatoria sigue siendo cómoda. De hecho, si echamos la vista atrás, resulta evidente que el Celta acaba el año mucho mejor que como lo empezó, en la décimo quinta plaza de la tabla y con un solo punto de margen con respecto a los puestos de descenso a Segunda División.
Sólo los pésimos resultados cosechados en el último mes y medio impiden poner un sobresaliente al año del Celta. El inicio no fue fácil, pero tanto la segunda parte de la temporada pasada, con Luis Enrique Martínez en el banquillo celeste, como los diez primeros encuentros del presente ejercicio, ya con Eduardo Berizzo al frente del cuadro vigués, resultaron brillantes.
2014 comenzó con el Celta en una situación delicada. El equipo ocupaba la décimo quinta posición de la tabla con 16 puntos, cuatro menos que en la actualidad y con un partido más: diecisiete en lugar de los dieciséis que acumula el 'Toto' Berizzo como técnico celeste. Tras sumar cuatro victorias, cuatro empates y nueve derrotas, la escuadra de Luis Enrique tenía un solo punto de margen con respecto a la zona de descenso, cuya frontera marcaba Osasuna.
El Celta perdió su primer partido del año ante el Real Madrid (3-0) y cayó al descenso, pero no tardó en mostrar claros síntomas de mejoría con respecto a la primera parte de la temporada.  Después de ganar 2-1 al Valencia y caer 1-0 en casa del Espanyol, los vigueses enlazaron una racha de cinco partidos sin perder (tres victorias y dos empates) que les permitieron plantarse en la vigésimo quinta jornada con un margen de ocho puntos sobre el descenso.
El equipo perdería cuatro de sus siguientes cinco partidos, dos de ellos ante el Atlético y el Barça, pero completó un magnífico final de campaña y alcanzó el objetivo de la permanencia de un modo holgado. 
El Celta de Luis Enrique acabó la Liga en la novena plaza, a diez puntos de Europa y con otros tantos de margen sobre el 'pozo'. Desde el mes de enero hasta que acabó el campeonato, los célticos sumaron 10 victorias, tres empates y ocho derrotas en veintiún partidos.
El técnico asturiano se despidió de la afición celeste un día antes de concluir la temporada con una derrota intrascendente en Valencia (2-1) y días después fue presentado como nuevo entrenador del Barcelona. Mientras, el club vigués cerraba la incorporación del 'Toto' Berizzo como nuevo entrenador.
Los primeros pasos del argentino no pudieron ser más positivos. El Celta alcanzó la décima jornada del campeonato, en la que logró una histórica victoria en el Camp Nou contra el Barcelona (0-1), en la sexta posición de la tabla, que da derecho a disputar la Liga Europa la próxima temporada, y con once puntos de ventaja sobre la zona de descenso. Todo era positivo para un equipo que no sólo había sabido conservar los mejores hábitos incorporados en la etapa de Luis Enrique, sino que había mejorado en aspectos del juego como la presión y había obtenido unos resultados difícilmente mejorables.
Sin embargo, el Celta se ha venido abajo en el último mes y medio de competición. Suma ya seis partidos consecutivos sin ganar y sin marcar, 576 minutos sin ver puerta que constituyen un récord negativo en la historia del equipo vigués en Primera División. Además, el conjunto celeste sólo fue capaz de empatar el primero de esos seis encuentros, ante el Granada (0-0) en Balaídos, para perder después los seis siguientes contra Rayo (1-0), Eibar (0-1), Real Madrid (2-0), Málaga (1-0) y Almería (0-1).
La principal consecuencia tangible de esos resultados es que el Celta se ha alejado mucho de los puestos europeos, que tras las victorias ayer del Villarreal sobre el Deportivo (3-0) y del Málaga en Elche (1-2) están ya a diez puntos vista. Sin embargo, el margen sobre la zona de descenso no se ha reducido de una manera drástica. En la décima jornada era de once puntos y hoy, después de que el Celta haya sumado un punto de dieciocho posibles en sus seis últimos partidos de Liga, es todavía de siete puntos. Es más, los vigueses ni siquiera han perdido muchos puestos. Sólo dos. Han pasado de la sexta a la octava plaza, aunque tienen ya a cinco equipos a tres puntos o menos de distancia y, por el contrario, el Málaga, séptimo, está ya a diez.
En cualquier caso, el balance global del año es positivo, sobre todo si se tiene en cuenta que el Celta empezó el año décimo quinto y hoy es octavo y que cerró 2013 con un punto de margen sobre el descenso y que finalizará 2014 con siete con respecto al 'pozo'.
Entre Liga y Copa, el equipo vigués ha disputado un total de 39 partidos oficiales en 2014, con un balance de dieciséis victorias, ocho empates y quince derrotas. Ha marcado 49 goles, el último el de Larrivey en el Camp Nou, y ha recibido uno menos, 48.n

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