El Atlético Guardés pierde por cuatro goles ante el Zvezda e intentará esta tarde la remontada (19:00, A Sangriña)
La fuerza, la filosofía y la intención del Guardés se reflejaban en el emparejamiento entre la pequeña y voluntariosa Ana Cerqueira y la gigante y talentosa Oxana Koroleva. En el lateral, el potente brazo de la rusa amenazaba con el lanzamiento de forma eterna mientras que la portuguesa defendía en ese "los segundos profundos", que gritaba Manu Etaya y recordaba en el tiempo muerto.
La experiencia contra la voluntad, el poderío físico ante la rapidez, los títulos ante la ilusión. Era lo que se vivía en esa parcela del campo en cada ataque del Zvezda y lo que significaba la eliminatoria europea que acogió ayer A Sangriña, que esta tarde vivirá el desenlace en el mismo pabellón.
El duelo particular entre Koroleva y Ana Cerqueira transitaba por la igualdad, al igual que el enfrentamiento. Pequeñas ventajas del conjunto ruso de dos y como máximo tres goles antes del descanso. En definitiva, las tablas no dejaban de ser la primera victoria parcial de la formación de la desembocadura del Miño. Al fin y al cabo, el Guardés es el débil en la eliminatoria y el enfrentamiento previo de hace dos campañas terminó en dominio aplastante del Zvezda.
En ataque, el Guardés intentaba optar por la velocidad, pero lo que encontraba con más facilidad era el brazo de Ana Manaut en su mejor versión del curso. Sin fallo antes del descanso, mantenía el ataque local mientras las lesiones lastraban las intenciones de Manu Etayo y sus jugadoras. Cristina Barrios cayó en la primera mitad y la portera Cristina Maestro al inicio de la segunda. No obstante, Estela Carrera igualó o, incluso, mejoró la aportación de la portería local.
Al descanso y, tras varias fases de alternativas, el Mecalia Atlético Guardés igualó el partido y su buena línea continuó en el segundo acto con Manu Etayo repartiendo los minutos en ataque entre Kurchankova, la tocada Benzal, Inés Hernández y Manaut en la primera línea. Lo que antes eran ventajas rusas se convirtieron en guardesas. Ana Cerqueira parecía ganar un poco más la batalla a su oponente y, en conjunto, el Guardés lo hacía ante todo el Zvedza. Manu Etayo también se llevaba la particular batalla en la pizarra ante el 'chillón' ruso Alexander Revva. Sin embargo, la necesidad fue virtud para un equipo que, aunque menos fuerte que antaño, continúa apuntando al título. Revva tuvo que pasar a su segundo o tercer plan de partido. Envió a la central Potapenko al banquillo, cambió de costado a Koroleva e introdujo en su lugar a Marennikova. En el pivote puso a la enorme Amelchenko y, prácticamente, se olvidó de la circulación. Dos contra dos eternos en el centro de la pista. Penetración y tiro con doble amenaza y desatascó a su equipo en ataque. El Guardés cayó en un evidente bajón físico, que se manifestó en ataque ante la dureza y altura rusas. Un parcial de 7-1 dio la vuelta al partido. Podría haber terminado peor porque quedaban más de diez minutos.
Reaccionó la formación de la desembocadura del Miño. Mejoró en la definición y Carrera contribuyó a mantener la esperanza de la remontada. Cuatro goles de desventaja para intentar que Ana Cerqueira supere Koroleva. Para que el pequeño bata al gigante.
Zvezda Zvenigorod:
Yakupova, Ivanova, Potapenko (1), Klimantceva, Egorova, Antonova (3), Oxana Koroleva (7), Uskova (7), Marennikova (7), Petrenko (1), Alexeeva (1), Amelchenko (2), Zakharova, Varankina (p.s.).
Mecalia Atlético Guardés:
Cristina Maestro, Ana Cerqueira (2), Egozkue (7), Barrios, Paula García, Ana Torneo, Inés Hernández (3), Kurchankova (2), Haridian Rodriguez (1), Manaut (8), Nuria Benzal (2), Estela Carrera (p.s).
Parciales:
3-2, 6-4, 8-6, 9-8, 11-10, 15-15 (desc.), 17-17, 18-19, 20-20, 24-22, 27-24, 29-25.
Árbitros:
Athanasios Chaskis y Dimitrios Tsakonas. Mostraron tarjeta roja a Manaut por tres exclusiones (min. 58). Exluyeron a Ivanova, Antonova, Marennikova, Alexeeva, Amelchenko; Egozkue.
Incidencias:
Partido correspondiente a la tercera ronda de la Recopa de Europa disputado en el pabellón de A Sangriña ante 650 espectadores.
