"Quiero quedarme y creo que la intención del club es que me quede; este año tiene que ser el mío"
nnnNi rastro del chaval que daba sus primeros pasos, apurados, en la élite del fútbol de la mano de Luis Enrique Martínez. David Costas demuestra ambición en cada acción del entrenamiento, en cada jugada de los partidos y en cada palabra que pronuncia cuando se le pregunta por su futuro: "Yo este año quiero quedarme, quiero hacer las cosas bien y quiero de una vez jugar. Si puedo quedarme aquí estaría muy contento".
Tras acumular tres equipos en los que jugó a préstamo –Mallorca, Oviedo y Barcelona B– en las tres últimas campañas, el chapeleiro no quiere pensar en otra salida de similares características, pese a que le quedan dos años más de contrato en Vigo. "Las cesiones se acabaron ya, no entran en mi cabeza. Este año tiene que ser el mío y vengo a pelear", asegura con rotundidad.
Su discurso es repetitivo porque quiere dejar más que claras sus preferencias y su objetivo en la presente pretemporada. "Quiero quedarme, jugar aquí, pelear aquí. Es mi casa. Vengo con una buena predisposición y quiero pelear por un puesto", señala.
Esa pelea obliga a un sobreesfuerzo físico en estos días de "una pretemporada dura. Pero estamos acostumbrados porque los tres años con Eduardo Berizzo eran más o menos parecidas. Duras a nivel físico".
Su futuro está en manos de Antonio Mohamed, del que tiene buenas palabras: "El míster, muy bien, muy cercano. Se le ve buena gente y a ver qué pasa durante el año". Y si se le pregunta si cree que lo está convenciendo, añade que "sí... Aún estamos empezando y quedan muchos partidos y entrenamientos. Espero convencerle y ganarme un puesto aquí".
En esta idea, desvela que cuenta con que el propio Celta apueste por su continuidad. "Quiero quedarme y creo que la intención del club también es que me quede. Creo que las cosas van a ir bien. Yo estoy entrenando bien. Quiero quedarme y que se zanje cuanto antes esta cuestión", reitera. Porque no tiene dudas de que "estoy preparado. Llevo tres cesiones y ya no soy el jugador que era hace cuatro o cinco años. Cuando el míster me necesite, ahí estaré".n
