El estadio, junto al que hubo quedada previa, registró la mejor entrada de la temporada pero sin un final feliz
La visita del Real Madrid suele traer mucho público a Balaídos y ayer no fue una excepción. La mejor entrada de la temporada llevó a cerca de 22.000 personas al estadio municipal vigués en una noche que apuntaba a calurosa pero que resultó demasiado fría, tanto antes como después del 2-4 final en el marcador.
La tarde había empezado con una quedada de peñistas célticos en el entorno de Balaídos, queriendo trasladar desde el comienzo que no era un partido más. Fue un encuentro deslucido por el agua que tuvo después continuidad ya dentro de Balaídos.
Como es norma, el Real Madrid generó amores y odios. No a partes iguales, ni mucho menos. Sin Cristiano Ronaldo, fue Sergio Ramos el objetivo de la mayoría de los pitos de una grada celeste que reflejó la frialdad de su equipo. De hecho, sólo alcanzó el nivel sonoro esperado tras el tanto de Mallo. Entonces, parecieron mal las pérdidas de tiempo blancas, la decisión arbitral en el penalti y la manera de tirarlo del mentado Ramos. Un clásico, como el "Así, así, así gana el Madrid", que volvió a sonar en un Balaídos frío.n
