La decoración vegetal cambia el aspecto duro del centro de la ciudad, pero se prevé su traslado al final de las fiestas
La Porta do Sol vuelve a lucir de verde muchos años después y luego de al menos tres reformas con un resultado discutible. La Navidad ha provocado el milagro de la vuelta de árboles y césped a una plaza que se ha convertido en un lugar de paisaje duro, con cemento y piso gris y en permanente consolidación. El verde ocupa buena parte de la Porta do sol, con árboles y otros elementos naturales que han dado un cambio radical al entorno. Pero en principio, se trata de un atrezzo de quita y pon que desaparecerá tras las fiestas, a principios de enero, para volver a la dureza habitual. O no. Porque en el ayuntamiento -así lo confirman fuentes municipales- han llegado peticiones en el sentido de que se mantenga la decoración y pase a formar parte del mobiliario urbano, dándole calidez a un espacio central de la ciudad que a partir de enero también incorporará las escaleras mecánicas. Lo que contribuirá a que haya un mayor tránsito de personas por la zona en dirección al consistorio, la calle Venezuela y el Castro. De momento, la idea que maneja el concejal responsable, Ángel Rivas, es la original: desmontar el verde de la Porta do Sol y en todo caso, trasladarlo a otro punto de la ciudad donde se pueda asentar.
Al lado, en Príncipe, también se ha colocado decoración navideña, ya instalada y lista para su "inauguración" a principios de diciembre. En todo caso, en el Concello tomarán nota de si los vigueses quieren una Porta do Sol "verde".