La butaca crítica

Crítica de ‘Pared con pared’: insulto a la comedia romántica

Aitana Ocaña, en 'Pared con pared'.
photo_camera Aitana Ocaña, en 'Pared con pared'.

Aitana y sus limitaciones como actriz no son lo peor de una película insustancial y prefabricada, de bote, como casi todo lo que hace Netflix

Chica conoce a chico o chico conoce a chica en extrañas circunstancias, en un principio no son el uno para el otro, pero al final son felices y comen perdices. El argumento lo sabemos de sobra y, aún así, las comedias románticas nos han dado muchos buenos ratos de cine, sobre todo en esa década prolífica de los años 90 del siglo pasado. No ocurre con ‘Pared con pared’, lo último de Netflix, un insulto a un género muy digno a reivindicar.

Aitana Ocaña es una joven que sueña con una carrera musical y su vecino, Fernando Guallar, un inventor de juguetes estancado. Viven en dos edificios distintos, aunque contiguos, y todo lo que hacen en sus pisos resuena en el otro por un defecto de construcción y no tienen intimidad. Al principio, se llevan a matar. Al final, se quieren a rabiar.

En ‘Pared con pared’, no hay nada rescatable, todo está mal. La película, remake de una francesa de 2015, es insustancial y prefabricada, de bote, como casi todo lo que hace la plataforma, especialmente en el género de la comedia romántica, un catálogo en el que casi nada merece la pena. Supuestamente, es un producto hecho a medida de Aitana, con una carrera fulgurante en el mundo de la música, según los estándares comerciales, pero que actuando no da la talla. Ya lo intentó antes en una miniserie de Disney (‘La última’), coprotagonizada con su ex Miguel Bernardeau, y tampoco salió bien.

El camino de la música al cine es tomado a menudo por muchos artistas, también por modelos, aunque pocas veces recorrido con éxito. En España lo han intentado algunos como Julio Iglesias, Raphael o Isabel Pantoja, por mentar algunos, pero está claro ninguno logró lo que Ana Belén, un caso excepcional dentro de nuestras fronteras. Seguramente, Aitana, muy poco creíble delante de la cámara, tampoco será la Barbara Streisand española. Al menos ella ha reconocido que no sabe si se le da bien, pero que se ha divertido.

En cualquier caso, la actuación infantil de Aitana y sus limitaciones no son lo peor de la película. A su favor hay que decir que ‘Pared con pared’ ya es mala de por sí, no conecta con el espectador y está revestida de una estética extracuqui vomitiva. Ojalá no haberla visto.

Puntuación: 1/5

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