Carlos Portela (Vigo, 1967) regresa a su ciudad natal con su primera novela bajo el brazo “Esther cumple cuarenta”. Mañana por la tarde firmará ejemplares en Banda Deseñada.
Guionista de series de televisión como “Padre Casares”, “Matalobos”, compagina el trabajo con la subdirección del festival de cómic de Coruña “Viñetas desde O Atlántico”. Ilusionado con su último trabajo, habló para este medio de su ópera prima.
¿Cómo surge la idea de escribir una novela sobre Esther Lucas, la protagonista del cómic de los 80?
Purita Campos y yo estábamos preparando un nuevo álbum. Nos quedamos sin editorial y Espasa Calve nos propuso la idea aprovechando los 40 años de Esther. Hice encaje de bolillos para lograr una continuidad en el argumento de la novela con el próximo cómic, aunque se pueden leer de forma independiente.
Está escrito en primera persona. ¿Cómo consigue ponerse en la piel de una mujer de 40?
Tengo una hija y trabajo rodeado de muchas mujeres. Además soy guionista de historias muy diversas. Pero es cierto que cuando llego las firmas de libros sorprendo mucho con mi barba y mi 1,80 de altura. Me interesa mucho la relación entre hombres y mujeres, entender el otro lado.
¿Cómo conoció a Esther Lucas?
En mi infancia era un lector compulsivo de tebeos. Pasaba los veranos en Pontecaldelas, el pueblo de mi padre, donde había una biblioteca pequeña. Cuando acabé con los cómics típicos de niños pasé a Esther. Quedé fascinado porque eran los únicos que trataban de una vida normal. En aquella época no se podía decir porque no era de niños. Una tontería.
¿En qué tipo de mujer se convirtió la adolescente pecosa?
Es una mujer buena y confiada. El lector se identifica fácilmente con el personaje porque forma parte del universo más familiar. Pero el personaje que más me interesa es Rita, la amiga desencantada. Introduzco un personaje, su novio italiano que va a dar mucho juego.
¿Cómo se compagina el guión de ‘Velvet’ o ‘Matalobos’ con Esther?
Son facetas diferentes de mi profesión, pero se complementan. Mi editora me dijo que lo bueno de incoporar a guionistas como novelistas es que tenemos claro el encaje final.n
