Juan Pablo Isaza, de 22 años, forma junto a Juan Pablo Villamil y a los hermanos Simón y Martín Vargas Morales Morat, la banda colombiana que lleva dos años causando furor entre las adolescentes.
Hijo de Luis Fernando Isaza, un conocido constructor de Bogotá (Isarco SAS) dejó a un lado el negocio familiar y con sus amigos de la infancia apostaron por la música. Con un solo álbum en el mercado y varios superventas, llegan este lunes al Auditorio de Beiramar, donde tan solo quedan 19 localidades libres de las más de 1.400 que dispone la sala. Emocionados por su actuación dentro de la programación de fiestas de Vigo y en apoyo de “Cíes, Patrimonio de la Humanidad”, Isaza desveló para los lectores de Atlántico cómo están viviendo estos momentos.
Es la primera vez que estan en la ciudad. ¿Qué conocen de Vigo?
Realmente muy poco. De toda España, en Galicia es donde menos hemos estado. Tenemos muchas ganas de ir y ‘turistear’ por las calles. Forma parte de las experiencias que estamos viviendo en esta gira. Intentamos conocer lo más característico y comer lo de cada lugar por el que pasamos.
Morat acaba de cumplir dos años. ¿Cuál es el secreto para lograr tanto en tan poco tiempo?
Como grupo sí que llevamos dos años, pero tocando más, siete. Desde que tuvimos la edad para entrar en los bares comenzamos a hacer bolos por Bogotá. No sé si habrá un secreto del éxito, pero yo creo que tiene mucho que ver con la emoción que ponemos hasta en los pequeños detalles. Para nosotros es todo un acontecimiento cambiar la cuerda de una guitarra o lograr un buen solo de batería. Le ponemos ilusión a todo.
En su único disco, “Sobre el amor y sus efectos secundarios”, cuentan con una invitada muy especial la de Paulina Rubio. ¿Cómo surgió esta colaboración?
Le mandamos la canción, “Mi nuevo vicio” y le gustó. En principio quería cantarla ella sola, pero no era lo que nosotros queríamos. Al final accedió. Tenemos que agradecerle que entramos en España de su mano. Fue genial.
Su single “Cómo te atreves” lleva sonando sin parar desde hace dos años. ¿Puede resultar contraproducente para un artista un éxito tan rotundo?
Es algo que ninguno esperaba. El éxito de esta canción ha convertido en un ‘bendito problema’, como decimos allá. Es la punta de lanza de lo que todo lo que hacemos y lo que haremos. Somos conscientes de que siempre estará ahí y para nosotros supone un reto intentar superar las expectativas que sobre el grupo este tema despierta en el público.
Tienen un público muy variado pero destacan sus seguidores adolescentes. ¿Supone un responsabilidad dirigirse a unos espectadores tan jóvenes?
Es algo que a larga nos hace sentir orgullosos. Antes de ser músicos o artistas, procuramos ser un ejemplo. Creo que facilitamos esa ejemplo porque somos accesibles. La gente en cuanto nos sigue ya cree que nos conoce y es porque somos muy normales. Seguimos siendo los mismos que antes de ser populares.
Es curioso que como nombre de la banda hagan referencia a la casa del único miembro que dejó el grupo. ¿Cuál es la historia de Morat?
Morat es como se llama la finca de Alejandro Posada, el primer batería del grupo. Allí fue donde comenzamos a reunir para tocar. Creemos que lo más indicado es recordar el lugar en el que todo empezó.
Están inmersos en una gira muy ambiciosa por toda España. ¿Cómo está afectando al grupo?
Está siendo más intensa de lo que habíamos pensado en un primer momento y ni siquiera llevamos el 10% de los conciertos programados. Nunca habíamos viajado tanto y tan lejos de casa. Supone un reto físico y mental para todos nosotros, pero cada actuación que hacemos supone un empujón para superarlo.
¿Para cuándo un segundo disco?
El primer disco ya está cerrado definitivamente con la edición especial que sacamos hace un mes. Esperamos poder sacar el primer sencillo en septiembre y ya el disco saldría para el próximo año.n
