Xurelos y carrilanas pasadas por agua en Vigo
Cabral pasó el sábado con gastronomía y O Freixo con la Baixada de Carros de Bolas, interrumpida por mal tiempo
Cabral y el barrio de O Freixo en Valadares acogieron ayer dos de las últimas celebraciones del verano vigués, la Festa do Xurelo y la Baixada de Carros de Bolas, respectivamente, en una jornada que quedó marcada por la lluvia.
En Cabral la 23 edición de la fiesta organizada por la Asociación de Vecinos Feira de Cabral vino cargada de buen manjar del mar en sus diferentes modalidades culinarias. La programación comenzó por la mañana con un pasacalles del grupo de bombos de Monçao. Desde las 12:30 horas comenzó la degustación del xurelo en sus distintas especialidades, asados, en escabeche, pasando por la empanada de xurelos, carne, bonito y bacalao y empanadillas de carne y bonito. A mediodía, la Banda de Música Unión Musical de Cabral puso la nota musical a la fiesta con un concierto seguido de otra actuación del trío Armonía.
Durante la mañana se acercaron por la zona tanto el alcalde Abel Caballero como la vicepresidenta de la Diputación, Marta Fernández-Tapias. El regidor acudió a la celebración en el día de su 77 aniversario, con lo que los presentes aprovecharon la ocasión para cantarle el “cumpleaños feliz”.
Por la tarde, la programación musical siguió con la música de las pandereteiras Xoltra de la asociación vecinal y de Antonio Barros. La llegada de la lluvia no empañó la fiesta, ya que las degustaciones de xurelo pudieron continuar al tener lugar bajo una gran carpa instalada en la zona. También se celebró un concierto de guitarra del maestro Fran y la fiesta llegó a su fin con la actuación de Os Ferraias da Etea. Durante todo el día no faltaron raciones para probar. El xurelo o jurel fue el año pasado una de las especies que más toneladas movió en la lonja de Vigo. Concretamente, en 2022 fue la tercera especie que más se vendió en fresco en O Berbés con más de 2.600 toneladas comercializadas.
Por su parte, en O Freixo todo estaba listo desde primera hora de la tarde para que las carrilanas empezaran a descender por las calles del barrio. Como es habitual, muchos de los participantes acudieron disfrazados y los diseños de sus vehículos abarcaban todo tipo de temáticas.
Sin embargo, al poco tiempo de comenzar los primeros descensos, la lluvia llegó con fuerza, provocando varias caídas, lo cual obligó a suspender la celebración de este año por motivos de seguridad sin que todos los participantes pudieran subirse a sus llamativos vehículos caseros.
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