Xulia Alonso: “La adicción es difícil de superar por las enfermedades que dejó”

Entrevista

La escritora Xulia Alonso, afincada en Vigo, será distinguida con el premio Galega Destacada por visibilizar a las personas portadoras del VIH y seropositivas

Xulia Alonso será nombrada Galega Destacada el sábado.
Xulia Alonso será nombrada Galega Destacada el sábado.

La escritora Xulia Alonso recibirá este sábado el premio Galega Destacada por parte del colectivo feminista Diálogos 90 por su labor de visibilizar a las personas portadoras del VIH y seropositivas. La autora, de 63 años de edad y natural de Ourense aunque residente en Vigo, narró su experiencia como portadora del virus en la novela “Futuro imperfecto”, publicada en 2010 y lanzada recientemente en castellano. 

¿Cómo se recibe la noticia de que será Galega Destacada en 2025?

Lo recibí con una gran satisfacción y sorpresa. No me lo esperaba ni me lo planteaba, porque no deja de ser una forma de convertirme oficialmente en viguesa.

Recibe el galardón por su labor dando visibilidad a las personas que portan el virus del VIH en “Futuro imperfecto”. ¿Por qué decidió escribirlo?

No escribí el libro para publicarlo. Lo escribí pensando en hacer un libro por lo que es, un objeto valioso y hermoso. Lo hice para mi hija y mi entorno más íntimo, para un “consumo” familiar. Quería dejarle una explicación de lo que iba a acabar con su padre y conmigo. Su escritura fue catártica. Si lo hubiese creado para publicar no hubiese sido tan íntimo. Luego surgió la posibilidad de publicarlo y yo y mi familia pensamos que sería interesante hacerlo. Fue gracias a Víctor Freixanes, a quien siempre le estaré agradecida porque fue él quien se empeñó en que la historia tenía que ser publicada.

La novela tuvo una buena acogida, ¿cómo recibió ese apoyo?

Cuando lo publiqué estaba convencida de que solo lo leería mi entorno más cercano porque es un libro muy duro y no sabía si la gente tendría interés en revisarlo. La sorpresa fue que sí. Hay muchas heridas abiertas y, tal vez, hay ganas de restaurarlas.

¿Cómo fue plasmar sus vivencias sobre el papel?

El relato es un trabajo de memoria completamente individual que tuve que hacer con cierta intimidad y soledad. Necesité hacer como una inmersión en mi memoria, algo que fue complicado, pero resultó ser una liberación.

¿Esperaba que la novela se convirtiera en la bandera contra el estigma del VIH?

Lo deseaba, pero no lo esperaba. El testimonio de la adicción es difícil de conseguir desde adentro porque la mayor parte de la gente que lo vivió murió durante esos años. Los que sobrevivieron y rehicieron su vida no suelen revivir ese episodio, es doloroso en cuanto a la experiencia individual y traumático al colectivo por la aparición del virus y del sida. La adicción es difícil de superar por las enfermedades que dejó, porque si no es un episodio más de la vida.

¿Todavía queda mucho por hacer para que la sociedad acepte completamente a los portadores del virus y a los enfermos seropositivos?

Queda muchísimo por hacer porque a pesar de que el estigma parece estar superado, la realidad es que no lo está porque no se habla del tema. El estigma está incorporado al mismo nombre del virus y de la enfermedad. Lo que ocurre una vez las personas conocen que su diagnóstico es positivo es que tienen una reacción muy parecida a lo que se veía al inicio de la pandemia del covid: miedo y rechazo. De eso es lo que hay que hablar y por ese motivo debe tratarse este tema, con el fin de desalojar el rechazo que las personas reciben junto al diagnóstico.

¿“Futuro imperfecto” ha ayudado a que haya un cambio a mejor en este ámbito?

No creo que mi novela ayudara en ese ámbito porque tampoco tuvo tanta difusión, pero si creo que ayudó a que el entorno de las personas afectadas que lo leyeron tengan una perspectiva diferente. Pero a un nivel más amplio me parecería ser un poco presuntuosa. El testimonio está ahí y cualquier persona puede acercarse a él y ampliar su visión.

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