Vigo gana un nuevo espacio para conciertos al aire libre

La música en directo suma una nueva localización en Vigo. El parque de ocio Humor Amarillo, situado en los montes comunales de Valadares, inaugurará una nueva actividad este verano: la programación de conciertos al aire libre. Disponen para ello de 8.000 metros cuadrados con vistas a la Ría y de fondo, las Cíes, uno de los emblemas de la ciudad.

Actualmente, ya funciona como área de actividades lúdicas para grupos con reserva previa. El proyecto, a falta de unas adaptaciones, acaba de recibir el visto bueno del Concello y ya se ha puesto en marcha para anunciar la próxima semana las primeras confirmaciones. “Este año y con las restricciones del covid vamos a apostar por artistas locales, que se combinarán con bandas tributo como la de Leño o la de Rosendo y con fiestas temáticas”, afirma Ricardo Sánchez, promotor de este nuevo atractivo en el rural vigués.

El protocolo vigente permite un aforo máximo de 2.000 personas para una superficie similar, pero en el primer concierto se pondrán a la venta solo 500 localidades para testar las posibilidades. “En la zona tenemos aparcamiento amplio, pero queremos comprobar que la capacidad de los acceso y evitar embotellamientos”.

En las siguientes citas, ya abiertas a un público más numeroso, se prevé establecer un sistema de lanzaderas, que comunicarían en el centro de la ciudad con el recinto tanto al comenzar el concierto como al finalizar.

El nuevo espacio para conciertos se sitúa en las faldas de los montes Alba y Cepudo, a escasos metros del restaurante Sanatorio del Alba, lo que según la organización, abre las puertas a ofrecer un servicio de comidas y consumiciones, coincidiendo con la celebración de los conciertos. Esta oferta se suma a un clásico del panorama musical vigués, O Revoltallo, que el verano pasado celebró su edición número 27, durante la segunda quincena de septiembre. El festival, organizado por el grupo juvenil de Valadares, se celebra en el entorno del Centro Cultural de la parroquia.

Los comuneros alquilaron el año pasado un terreno sin productividad forestal de 40.000 metros cuadrados por 20 años para montar un parque de ocio. Hace 30 años se hizo un relleno, que se pensó utilizar como un auditorio. La idea que en un principio no salió adelante, se recupera ahora.